El Arrepentimiento Llega Tarde romance Capítulo 44

Gisela estaba vestida con mucha elegancia, incluso el bolso que llevaba valía doscientos mil dólares.

A su alrededor se agrupaban varios de los principales técnicos de la empresa Flores, cuyas miradas hacia ella eran de respeto y admiración.

Además, estos técnicos "todos alrededor de los treinta y cinco años", especialmente los más jóvenes entre ellos, admiraban a Gisela.

Gisela también notó a Lorena y, sonriendo, la saludó: —¿Lorena, ustedes también están alojadas aquí?

Algunos de los técnicos conocían a Lorena, ya que había competido en transmisiones en vivo contra Gisela, y en ese momento sus rostros mostraron desdén.

—¿La señorita Lorena todavía tiene ánimo para estar aquí? ¿Ya enviaron esos más de veinte mil pedidos?

—Es verdad, algunas personas no logran nada, a diferencia de la señorita Gisela, que a su corta edad ya ha completado varios proyectos de más de diez millones de dólares por sí sola.

—Si no fuera por esta transmisión en vivo, ni siquiera sabría que esta es la señorita Lorena de la familia Flores.

Los técnicos empezaron a reír.

Gisela rápidamente intervino: —Ya basta, ustedes son empleados de la compañía, y Lorena también es su superior.

Justo después de decir esto, alguien preguntó: —¿Ella tiene acciones en la familia Flores?

Gisela guardó silencio unos segundos antes de responder, pensativa: —Sus padres se las darán tarde o temprano.

—Entonces, ¿qué tipo de superior es ella?

Los técnicos volvieron a reír.

Gisela miró a Lorena y trató de consolarla: —Lorena, ellos son los principales técnicos, hablan de manera directa. Sé más tolerante.

Casi todos los técnicos principales de cada compañía son miembros clave; no participan en luchas de poder, pero son una fuerza fundamental. Por eso, ganarse su simpatía puede garantizar una posición más estable dentro de la cúpula de poder.

Y ahora, Gisela ya había cultivado muy bien su relación con este grupo de técnicos. Incluso para un proyecto menor como el de ayuda a los agricultores, todos estaban dispuestos a seguirla.

Además de estos técnicos, la familia Flores contaba con muchos más empleados, y parecía que Gisela realmente gozaba de una alta estima dentro de la compañía.

Lorena no quería perder el tiempo en esas trivialidades y levantó el pie para irse, pero los técnicos principales no estaban contentos.

En la empresa, todos eran respetados. ¿Cómo era posible que una señorita Lorena, sin mayor importancia, ni siquiera les dirigiera la palabra y pretendiera irse sin más? ¿No temía que pudieran dificultarle las cosas en el futuro?

—Señorita Lorena, ¿qué significa esto? ¿Nos está despreciando?

Lorena se detuvo, y una mirada de impaciencia cruzó por sus ojos.

Solo había querido expresar que la actitud de esos hombres hacia Gisela no era decente.

Eso eran dos cosas completamente diferentes.

Pero Yago era experto en tergiversar sus palabras.

Ella simplemente abrió la puerta del auto a su lado, queriendo entrar, ya que esos más de veinte mil pedidos aún la esperaban.

Yago la agarró del brazo, furioso.

—También bloqueaste mi llamada, ¿y ni siquiera me avisaste que seguiste a Gigi a Valle del Sur solo para difamarla en la transmisión en vivo? ¿Sabes cuánto están insultando a Gigi en línea? No es de extrañar que incluso Juan, que creció contigo, esté apoyando a Gigi. Con una hermana como tú, probablemente no tiene dignidad fuera de casa.

Mencionar a Juan fue como una puñalada para Lorena.

Conocía a Juan desde hacía muchos años, pero Gisela solo había regresado a la casa de los Flores hace cinco años.

Que Juan favoreciera tanto a Gisela era algo que, en el fondo, no podía ignorar.

Solo se consolaba a sí misma fingiendo que no le importaba.

Después de todo, los sentimientos humanos son complejos.