El Arrepentimiento Llega Tarde romance Capítulo 47

La gente de Valle del Norte había endurecido su carácter desde hace mucho tiempo; incluso siendo continuamente olvidados, eran capaces de llevar sus productos en remolques hasta la ciudad vecina para venderlos.

Aunque esto no los hacía ricos, el dinero que ganaban era suficiente para subsistir, aunque con algo de esfuerzo.

Sin embargo, las tormentas de este año habían llegado de manera tan repentina que nadie estaba preparado.

Lorena mostraba una actitud muy humilde, y a pesar de haber sido golpeada, en ese momento no causaba problemas; los agricultores que la rodeaban se miraban entre sí con incertidumbre, hasta que algunos jóvenes rompieron el silencio.

—Tres días son tres días, ella es presentadora, quizás realmente pueda ayudar.

Las caras de los demás seguían mostrando desaprobación, pero aun así, accedieron.

Sofía rápidamente se acercó a Lorena para revisar sus heridas, pero Lorena sacudió la cabeza: —Estoy bien.

¿Cómo podría estar bien? Probablemente tenía toda la espalda amoratada.

Sin embargo, Lorena ya estaba entrando en una de las carpas de los jóvenes mientras daba instrucciones a Sofía.

—Envía una carta a cada consumidor que haya hecho un pedido desde nuestro back office, diles que la presentadora ha investigado en el terreno y ha descubierto que las manzanas de Valle del Norte son más dulces. Los envíos cambiarán a manzanas de Valle del Norte, si aceptan, enviamos, si no, ofrecemos un reembolso.

Sofía, confundida, preguntó: —¿Por qué enviar ese mensaje? Ahora tenemos más de veinte mil pedidos en el back office; si enviamos directamente, no podrán distinguir si son de Valle del Sur o Valle del Norte, podríamos vender más de doscientas mil libras en un instante; de todos modos, no notarán la diferencia y las manzanas de Valle del Norte son deliciosas.

Lorena observó a algunos jóvenes con rostros enojados y rápidamente detuvo a Sofía.

—Para la gente de Valle del Norte, etiquetar sus manzanas como si fueran de Valle del Sur es un insulto. En aquellos tiempos, fue Valle del Sur quien, de manera rapaz, los expulsó del círculo de la riqueza. Ahora, si permiten que sus manzanas se vendan bajo la sombra de Valle del Sur, es como dijeron ellos, prefieren que sus manzanas se pudran en el suelo.

En este mundo, a menudo muchas personas son razonables y obstinadas, como la gente de Valle del Norte.

Las generaciones mayores no cedieron, y ellos naturalmente tampoco lo harán; es algo grabado en su carácter.

El joven se secó los ojos: —El alcalde tenía solo veintitantos años, con un brillante futuro por delante si hubiera elegido desarrollarse en la ciudad, ya estaría viviendo una vida mucho mejor que los demás. Su prometida en la ciudad, al enterarse de su muerte, condujo a Valle del Sur para llevarse el cuerpo, pero alguien lanzó piedras a su auto en el camino, rompiendo el parabrisas y causando un accidente donde ella también murió.

Lorena apretó los dedos alrededor de una manzana, su respiración se volvió más pesada.

Sofía, incapaz de contener su ira, exclamó: —¿Es que esas personas son humanas? ¿A esos que lanzaron las piedras los condenaron a muerte?!

El joven bajó las pestañas, apretando los labios: —Eran unos menores de doce años.

Con esas palabras, el lugar quedó en silencio; a los doce años, solo necesitas reeducación a través del trabajo, sin responsabilidad penal.

Sofía temblaba de rabia, y al pensar en su comentario anterior sobre empaquetar las manzanas de Valle del Norte como si fueran de Valle del Sur, se sintió repentinamente avergonzada y arrepentida.

—Lo siento, no sabía.