La profunda voz de un hombre se abrió paso a través de la música explosiva del bar y llegó a los oídos de Esther.
Esther estaba a punto de cerrar los ojos para descansar cuando escuchó a alguien hablar.
Interrumpida, frunció el ceño con descontento, abrió los ojos y vio a un hombre de pie bajo las brillantes luces, con una amplia sonrisa y una apariencia muy atractiva.
Estaba vestido con pantalones negros, una camisa blanca, sin corbata. Dejaba abiertos dos botones en el cuello, apenas mostrando un poco de su clavícula...
Parecía rebelde y elegante al mismo tiempo.
¡Ese hombre era realmente atractivo!
El hombre no recibió una respuesta de Esther, su sonrisa se ensanchó y preguntó suavemente: "¿Estás sola?"
"No." Respondió perezosamente.
El hombre sonrió con elegancia, "Entonces, ¿puedo sentarme aquí?"
Incluso si el hombre era guapo, Esther no era cortés, "No puedes."
El hombre pareció sorprendido, parecía inesperado que una chica lo rechazara, pero pronto sonrió de nuevo, "¿Cuántos años tienes? ¿Ya eres mayor de edad, te atreves a venir sola a un lugar como este?"
La expresión de Esther parecía perdida, dijo: "Señor, ¿eres un policía?"
El hombre se quedó un poco atónito, no entendiendo por qué ella preguntaría eso, "No, ¿por qué?"
"¿Entonces por qué me haces tantas preguntas? Mi antiguo maestro me dijo que no hablara con extraños." Dijo con cierto desagrado.
Él se quedó boquiabierto, casi sin poder contener la risa, explicó: "Sólo vi que estabas aquí sola, y me preocupé, este lugar podría no ser muy seguro para una niña."
Ella lo miró ligeramente, tomó un trago de la leche y dijo: "Me sentiré segura siempre que te mantengas alejado de mí."
Cada vez que ella habla, parecía sorprender a ese hombre que se considera educado, cada respuesta lo sorprendía.
Ese hombre que estaba lleno de interés en Esther, sonrió con suavidad, "¡Eres realmente interesante! ¿Podría tener el honor de tener tu número de teléfono?"
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