El Desquite de una Madre Luchona romance Capítulo 169

Rocío se quedó helada al escuchar esa voz inesperada:

—¿Quién eres tú?

Simón guardó silencio un par de segundos. Su voz sonó grave, cargada de culpa.

—Soy amigo de Mireya. Me llamo Simón.

—¡Pum!—

Rocío colgó el teléfono de golpe.

Simón miró la pantalla, que ya solo emitía el tono de llamada interrumpida, y se quedó pasmado un buen rato.

Intentó volver a llamar, pero para entonces Rocío ya lo había bloqueado.

...

En ese momento, Rocío estaba sentada en el carro de Samuel, estacionados frente al edificio de su unidad.

Samuel la había recogido afuera del bar Avenida de los Colores y la llevó de regreso. Ahí, Rocío lloró largo rato en el asiento del copiloto. Ella no era de las que lloran por cualquier cosa. Durante los seis años de su tormentoso matrimonio con Lázaro, nunca se había permitido una sola lágrima, sin importar cuán dura fuera la situación.

Pero ese día, se derrumbó. Lloraba como una niña perdida, sin rumbo.

—¿Por qué tienen que ensañarse así conmigo? ¿Acaso desenterré a sus abuelos? ¿O mandé a alguien a hacerle daño a su familia? ¿Por qué me quieren destruir de esta manera?

—Samuel, ¿crees que voy a ir a la cárcel? Si me encierran, ¿quién va a cuidar de mi abuela y de mi hijo? Elvia… Ella sola no puede con los dos. ¡No! No puedo ir a la cárcel… ¿Qué voy a hacer?

—Samuel, te entrego todos los detalles de mi proyecto. Busca un ingeniero que sepa de construcción para que trabaje con el señor Esquivel. Este proyecto ahora es tuyo. Solo te pido que cuides de mi abuela, de mi hijo… y de Elvia.

—Ellos… todos han sufrido tanto.

—Mi abuela es la esposa legítima del abuelo de Mireya. Nunca tuvo hijos y ha pasado toda su vida aguantando malos tratos, sin conocer un solo día de paz. Es una anciana sola…

—Mi hijo… fue abandonado apenas nació, solo porque es sordo…

—Y Elvia… Ella siempre soñó con casarse con un hombre poderoso, vivir cómoda y tranquila, pero siempre la engañan. Dicen que está obsesionada con los hombres, pero en realidad solo es despistada. Samuel, ¿crees que podrías ayudarla a encontrar a alguien confiable, alguien que la valore de verdad?