El Desquite de una Madre Luchona romance Capítulo 89

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Samuel: “……”

Ese giro le supo tan ácido como una limonada sin azúcar.

Él ya sabía que esa mujer no jugaba con las mismas reglas que los demás, sabía que tenía agallas de sobra.

Pero jamás imaginó que pudiera llevarlas tan lejos.

—¿Te da miedo que Lázaro mande a toda tu familia a tres mil kilómetros de aquí, pero no te asusta que yo pueda matarte aquí mismo? —Samuel no mostró ni la más mínima emoción. Apenas movió los labios, y sólo Rocío pudo escuchar lo que dijo.

—No quiero que me manden lejos, pero tampoco quiero morir —respondió Rocío, seca, sin vacilar.

—¿Y eso qué significa? ¿De verdad crees que sólo porque me coqueteaste frente a todos yo voy a ayudarte? —replicó Samuel.

—Mejor hagamos un trato —propuso Rocío, igual de imperturbable.

—¿Qué tienes tú que me motive a negociar contigo? —A Samuel le picó la curiosidad. Su instinto le decía que detrás de esa mujer había una historia, y tal vez hasta un escándalo esperando a explotar.

Rocío se acercó y le susurró algo al oído.

La expresión de Samuel cambió al instante. Sus cejas se juntaron, tenía una mezcla de emociones imposible de descifrar. Por un segundo, en su mirada apareció una punzada de dolor hacia Rocío, apenas perceptible, que pronto se desvaneció y dejó paso a una sonrisa triunfal.

Se carcajeó sin reservas:

—¡Jajaja! ¡Bien! ¡Muy bien! ¡Eso es lo que quería escuchar!

Su risa y su expresión dejaron a todos en la sala completamente descolocados.

Nadie sabía qué iba a hacer Samuel con esa mujer. ¿La lanzaría al río junto a los otros tres para que sirvieran de comida a los peces?

En Solsepia, todo el mundo sabía que Samuel era impulsivo y despiadado. Si Lázaro era capaz de desterrar a Rocío y su familia a tres mil kilómetros, Samuel no tendría reparos en arrojarlos al agua.

Pero, contra todo pronóstico, Samuel abrió los brazos y atrajo a Rocío hacia él, apretándola contra su pecho.

Rocío, por su parte, se acurrucó como una gatita, luciendo sumisa y encantadora en el abrazo de Samuel.

Los invitados: “……”