—¿No tuvo contacto? Fue hasta el hospital y trató a papá personalmente, ¿eso es no tener contacto con la familia Zhu? —resopló desdeñosamente Zhu Ming—. Ahora se está esparciendo el rumor por todos lados. Todos quieren saber de la persona que curó a papá de su enfermedad. Si los demás descubren que fue él quien lo curó, ¿qué pensarían las tres mejores familias? ¿No pensarían que aún estamos en contacto con los Qin?
Li Min, la esposa de Zhu Ming continuó echándole leña al fuego.
—Mi esposo tiene razón. Ya que no estás muerto, ¿por qué no te estableces en un pueblo y vives ahí por el resto de tu vida? ¿Por qué tendrías que regresar a Donghai? ¿Regresaste por esta casa? No tienes poder ni autoridad, ¿crees que puedes protegerla? Claro, lo que hagas no es asunto nuestro, pero por favor aléjate de todo miembro de la familia Zhu. ¡No nos arrastres contigo!
Las tres familias importantes eran las que estaban a cargo en Donghai. Al ser una familia de segundo rango de la ciudad, solo podían mantenerse al margen de los asuntos locales. Decían que eso es lo que cuenta. Después de todos esos años, la familia Zhu ya no estaba bajo la sombra de los Qin y estaba a punto de desarrollarse gradualmente. Hasta que Qin Jun regresó. Era como si el fantasma del pasado hubiera regresado a atormentarlos de nuevo. ¿Qué pensarían las tres familias importantes si descubrían que la familia Zhu seguía en contacto con un sobreviviente de los Qin? Zhu Linlin estaba del lado de Qin Jun y no estaba contenta con lo que habían dicho.
—¿A qué se refiere, señora? ¿Está diciendo que no es correcto que Jun trate la enfermedad del abuelo?
Zhu Ming frunció el ceño.
—¿Cómo puedes decir eso, Linlin? Nunca dijimos que no era correcto que él tratara la enfermedad de papá. Es solo que contratamos a un especialista para hacerlo y no a él. La razón por la que estamos aquí es para pagar por la consulta médica. —Zhu Ming sacó un billete de dos mil y lo puso en el suelo—. Eres un doctor y mi papá un paciente, eso es todo. Aquí está tu dinero, tómalo ¡y ya no tendremos nada que ver el uno con el otro! —le dijo Zhu Ming a Qin Jun.
Al ver el billete en el suelo, Zhu Linlin se puso furiosa.
—¡Todos ustedes son unos malagradecidos!
Zhu Ming le ofreció una sonrisa vacía.
—¿Malagradecidos? Es un doctor sin reputación que trata pacientes, estamos pagando por sus servicios. Ve y pregunta, ni siquiera el doctor más renombrado de Donghai cobra dos mil, ¿verdad? Estoy siendo excepcionalmente amable. Y tú, Linlin, será mejor que te mantengas alejada de él. ¡Si insistes en hacerlo, no me culpes por no reconocerte como parte de la familia! Sin mencionar que es mejor que recuerdes quién eres. ¡Ya estás comprometida, no se te ocurra andar tonteando!
Zhu Ming tuvo que recordárselo a al ver lo cercana que era a Qin Jun. Zhu Linlin tenía que casarse con una importante familia de la ciudad de Sheng y no con este mocoso. Zhu Ming y el resto de la familia se subieron al carro y se fueron después de haber dicho esas palabras. Zhu Linlin estaba temblando del coraje.
—Esto es demasiado. Si no fuera por el señor Qin, ¿estaría Zhu Ming en la posición que está hoy en día?
En cuanto a su compromiso, Zhu Linlin nunca se había pronunciado al respecto. Si la familia Qin todavía existiera, probablemente ella se habría casado con Qin Jun. Desde que aniquilaron a la familia Qin, sus familiares hicieron un nuevo arreglo de inmediato, pero Zhu Linlin nunca aceptó su plan. En cuanto a Qin Jun, no permitió que la ingratitud de Zhu Ming le afectara; en cambio, se limitó a sonreír.
—¿Se encuentra mejor el abuelo Zhu?
—Ya está bien. —Zhu Linlin suspiró—. Jun, ¿por qué no estás enojado?
Zhu Ming se comportó como todo un sinvergüenza. En el pasado, ellos recibieron mucha ayuda de la familia Qin y, sin embargo, tenía el valor de dejar dos mil en el suelo y actuar de manera engreída frente a Qin Jun. Ni siquiera Zhu Linlin podía soportar un insulto así.
Qin Jun sonrió y dijo:
—¿Hay algo por qué enojarse? ¿Alguna vez has visto a un tigre rugir furioso porque una hormiga intenta clamar por su atención?
Zhu Linlin estaba aturdida y no dejó de mirar a Qin Jun. Aunque no lo hubiera visto en diez años y que eran obvios los cambios en su apariencia, la forma en que se comportaba también había cambiado de manera drástica. El Qin Jun de ahora parecía exudar el aura de un ser superior, aunque estuviera en sus veintes.
—Jun, el abuelo será dado de alta del hospital en un par de días. Mi papá se está encargando de él ahí. Me gustaría invitarte a casa para la cena.
—Eso sería excelente ya que no he bebido con el tío Zhu en bastante tiempo.
Qin Jun dejó escapar una sonrisa fría. «Sin duda alguna, el señor Zhu es un hombre mandón y arrogante.»
Mientras iban en el carro, Qin Jun recibió una llamada.
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