En aquella época, los Tang, los Zhu y algunas familias menos importantes progresaban gracias a su relación con la familia Qin. Hace diez años, cuando aniquilaron a los Qin, solo la familia Zhu los ayudó. Los demás los trataron como extraños. La familia Qi, la familia Hua, la familia Shu y la malagradecida familia Tang. Qin Jun los haría pagar por eso.
Jun sacó su teléfono y por primera vez, llamó a un número que había guardado hace mucho tiempo. Un par de segundos después, entró la llamada. La voz al otro lado de la línea parecía nerviosa.
—¿Condiscípulo mayor? ¿Es usted?
La persona que respondió la llamada era el hermano discipular que Qin Jun tuvo durante su entrenamiento. En sus inicios, el maestro de Qin Jun, Ye Xuanyuan, viajó bastante acogiendo a varios discípulos para conducirlos al éxito. Todos los discípulos que recibieron las enseñanzas del maestro se convirtieron en personas poderosas u obtuvieron riquezas impensables. No obstante, el maestro solo les enseñó un par de trucos, pues no poseían talentos extraordinarios.
Por otro lado, Qin Jun era diferente al ser el discípulo principal de Xuanyuan. Aunque llegó después y era más joven en comparación con el resto, Qin Jun se las arregló para adquirir las habilidades del maestro y probó ser un discípulo competente. Era por eso que un grupo de personas llamaba condiscípulo mayor a Qin Jun, a pesar de que algunos de ellos eran 20 años mayores que él. Ellos pensaban que el poder y la riqueza no significaban nada para su maestro, aun en un en un mundo materialista. Sabían que el maestro podría poseerlo todo con facilidad si así lo deseara. Estaban celosos de él y su habilidad para asimilar todos los conocimientos que el maestro había enseñado.
En aquella época, Qin Jun podía entender con facilidad lo que el maestro había dicho y ponerlo en práctica, así que era sencillo imaginarse lo hábil que había llegado a ser después de aprender del maestro durante décadas. Dejando de lado la envidia, este grupo de hermanos discipulares en realidad lo respetaban y adoraban, tanto como a su maestro. La persona que contestó la llamada era el condiscípulo menor de Qin Jun, Sun Jianmin, que también estaba bajo el entrenamiento del maestro. Él también era el primer aprendiz que comenzó su entrenamiento con el maestro y ahora era la persona a cargo de Donghai, una persona importante.
Qin Jun estaba tranquilo y firme al hablar con un líder como Sun Jianmin.
—Sí, estoy de regreso en Donghai. —Sun Jianmin estaba muy emocionado. Solo se había encontrado a este condiscípulo mayor una vez hace diez años.
«¿Esto significa que lo veré de nuevo?»
—Condiscípulo Mayor, enviaré a mi chofer a que lo recoja donde sea que esté usted. No, ¡lo recogeré yo mismo! —Sun Jianmin solo recogería personalmente a quien él considerara como calificado, y en toda la provincia de Handong, no había más de cinco personas que tenían ese honor y, para él, era un honor ser el conductor de su condiscípulo mayor.
—No te preocupes por eso. Ya estoy en casa. Pero hay algo que necesito que investigues.
—Está bien, condiscípulo mayor, ¡yo me encargo!
—Revisa dónde enterraron a los Qin cuando aniquilaron a toda la familia hace algunos diez años —dijo Qin Jun.
Después de unos minutos, Sun Jianmin regresó la llamada.
—Fueron enterrados en un páramo llamado Dongshan Beipo.
—Está bien, lo tengo. —Qin Jun terminó la llamada.
Sun Jianmin aún no se recuperaba de la conmoción. Sería una bendición acompañar al maestro sin importar los años que durara el viaje, ya que no solo era brillante en la práctica médica, sino que también era un experto en las artes marciales. ¿Por qué su condiscípulo mayor abandonaría una oportunidad así sólo para regresar a Donghai? «¿La familia Qin de hace diez años?»
Hace diez años, Sun Jianmin todavía no era la persona con más autoridad en Donghai, lo cual explica por qué no estaba familiarizado con la situación ahí.
«Condiscípulo mayor… ¿Su apellido también es Qin? ¿Qin?», Sun Jianmin se estremeció un poco cuando intentó poner en su lugar las piezas del rompecabezas. «No me digas que el Condiscípulo Mayor es un miembro de la familia Qin»; de repente, sintió cómo los escalofríos bajaron por su columna vertebral y se le erizó la piel. «Si el condiscípulo mayor realmente era de la familia Qin, entonces en Donghai estarán en un grave problema», pensó Sun Jianmin y de inmediato sacó su teléfono para llamar a su condiscípulo menor, Meng Wengang, quien era el hombre más rico de la provincia de Handong y ocupaba el sexto lugar en la clasificación de multimillonarios en Forbes China. Él comenzó con su entrenamiento dos años después que Sun Jianmin, pero también era el cuarto condiscípulo menor de Qin Jun.
—Señor Sun, ¿qué lo hizo pensar en mí? — Meng Wengang seguía hablando en un tono relajado.
—El condiscípulo mayor está de regreso— dijo Sun Jianmin.
—¿El condiscípulo mayor? ¿Cuál?
—Basta. ¿Cuántos condiscípulos mayores tienes?
Además de Sun Jianmin, su otro condiscípulo mayor sería la persona que había acompañado al maestro por diez años. «¿El condiscípulo mayor regresó? ¿Regresó a Donghai?»
«La familia Qi, la familia Hua y la familia Shu… ¡están condenados!»
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