El Juego de los Exes romance Capítulo 161

El celular de Gabriela estaba en el bolsillo de su ropa, pero no tenía idea de quién la llamaba esa noche. Aunque puso su teléfono en silencio, las llamadas seguían llegando una tras otra.

El teléfono no dejaba de sonar, parecía que, si ella no contestaba, seguiría sonando sin parar.

Llegando a este punto, Gabriela se sentía acorralada y ya empezaba a pensar cómo explicaría todo cuando Sebastián viera su cara.

Esa noche era tormentosa con el ruido constante de la lluvia afuera y el sonido del teléfono adentro.

Gabriela bajó la cabeza, tratando de sacar el teléfono.

"Sr. Sagel, en realidad yo..."

No terminó su frase, un trueno estalló afuera, pero no había relámpagos, así que el interior seguía oscuro.

Debido a este trueno repentino, Sebastián no escuchó claramente cuando ella cambió su tono de voz.

De lo contrario, él habría sabido que ella era su diseñadora.

Pero en ese momento, aparte del trueno repentino y el sonido del teléfono, no podía oír nada más.

Gabriela ya se había preparado para rendirse y había pensado en cómo disculparse.

Pero en el momento en que sacaba el teléfono de su bolsillo, se apagó completamente.

No fue ella quien apagó el teléfono, sino que se había quedado sin batería y se apagó.

Estaba muy apurada cuando salió esa noche, toda la noche anterior había estado en el hospital y no había tenido la oportunidad de cargar el teléfono; con las llamadas sonando constantemente, finalmente ya el teléfono no daba más y se le apagó el celular.

Qué coincidencia.

Incluso comenzó a preguntarse si en su vida anterior había hecho algo grandioso, ya que las cosas habían llegado a este punto y se veía oportuno.

Sebastián también vio que el teléfono se apagaba, y en ese momento estaban muy cerca el uno del otro, el aroma de ella le resultaba más familiar, pero no podía recordar dónde lo había percibido antes.

"Sr. Sagel, soy nueva, acabo de romper un plato por accidente, estoy un poco nerviosa."

Resultaba que, ella estaba agachada allí recogiendo los fragmentos del plato.

Resultaba que, no sabía dónde estaba el fusible porque era nueva.

"Porque María nos dijo que debemos prestarte toda nuestra atención, todos tenemos miedo de cometer errores."

Cuando dijo estas palabras, su voz era muy baja, parecía muy asustada.

Sebastián frunció el ceño y soltó su muñeca.

No estaba acostumbrado a estar demasiado cerca de las mujeres, el contacto físico le resultaba incómodo. Agarrarle la muñeca había sido más que todo por inercia. .

Ahora que la había soltado, se dio cuenta de que había estado sosteniendo su muñeca durante un minuto.

Menos mal que compré una casa lo suficientemente grande, así ella y el perro no se sentirán apretados.

Coco ladraba emocionadamente alrededor de ella.

Gabriela le acarició la cabeza sonriendo, paseó un rato por los alrededores del Chalet Monte Verde, y luego se dirigió hacia AstroLove CO. Ahí se ocupó de los asuntos laborales a realizar y firmó el contrato.

Estaba claro que tenía que informar a Sebastián de su nueva incorporación laboral.

Gabriela se tomó la molestia de ir personalmente a la Corporación Sagel y se encontró con la molesta Aitana Torre.

Aitana acababa de hablar por teléfono con Selena Torre, le había dicho que se encargaría de vigilar a Sebastián, y de repente ve a Gabriela apareciendo en la empresa.

No había pasado mucho tiempo, esta mujer era realmente pesada, claramente estaba aprovechando la oportunidad para acercarse a Sebastián.

"Algunas personas pasan todo el día soñando con ser superiores."

Mientras miraba a Gabriela, con un tono de desprecio, dejó caer los documentos que tenía en la mano sobre la mesa con fuerza.

"No saben medir realmente su capacidad, esos trucos sucios, usarlos una o dos veces está bien, pero no espera poder ganar el favor de los demás."

Selena estaba a punto de volver, Gabriela no era más que una payasa.

Pero esta payasa aparentemente aún no se había dado cuenta de su papel, así que era necesario recordárselo.