El Juego de los Exes romance Capítulo 668

¿Quién será el próximo?

Gabriela fue eclipsada por la sombra de Sebastián, su barbilla le dolía de ser apretada tanto.

Sebastián la miraba, sus ojos llenos de sentimientos encontrados.

"Vamos a entrar juntos." Soltó su mano.

Dejarla afuera no era seguro.

Sin más opción, Gabriela siguió a Sebastián adentro.

Había una mujer extranjera sentada adentro, junto con algunos ejecutivos.

La conversación entre ellos fue en un idioma extranjero.

Al final, la mujer hizo que todos sus ejecutivos se fueran.

En un abrir y cerrar de ojos, solo quedaban ella y Sebastián, y Gabriela sentada no muy lejos.

Gabriela no se sentó con ellos, sino que se sentó en un sofá.

La mujer y Sebastián hablaron en voz baja, Gabriela no podía escuchar nada.

Luego escuchó la voz de Sebastián, que había alzado deliberadamente.

"Ella es solo mi secretaria".

Tan pronto como Sebastián terminó de hablar, la mujer se levantó y se sentó sin dudarlo en el regazo de Sebastián, abrazándolo por el cuello.

Ella se inclinó hacia Sebastián y susurró algo, con su pelo rubio cayendo sobre sus hombros. Sus acciones estaban llenas de seducción.

Sebastián quería apartarla, pero al ver a Gabriela no muy lejos, sus manos se detuvieron y luego comenzó a reír a carcajadas con la mujer.

Los labios rojos de la mujer caían de vez en cuando en su oído, y cuando reía, su cuerpo entero se apoyaba en él.

Gabriela no podía soportarlo más y desvió su mirada.

Pero pudo escuchar la voz de la mujer en su oído, su voz era ronca. Aunque ya tenía treinta años, se cuidaba muy bien y seguía siendo atractiva.

"Sr. Sagel, hay una sala de descanso en este salón privado, tengo algunas cosas que quiero hablar contigo en privado".

Al escuchar esto, Gabriela apretó silenciosamente los documentos en su mano.

Escuchó el sonido de mover la silla y los pasos de los dos al levantarse.

Sebastián le instruyó, "No dejes que nadie entre a la sala".

Lo que iba a hacer era bastante obvio.

Gabriela no dijo nada, se quedó inmóvil en su sitio.

Sebastián parecía estar esperando algo y se demoró unos minutos.

Pero Gabriela no tuvo ninguna reacción, incluso había desviado la mirada y estaba mirando seriamente la puerta, como si estuviera implementando su orden.

Sebastián de repente se sintió molesto y luego siguió a la mujer a la sala de descanso adyacente.

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