El Mago Legendario romance Capítulo 32

"Deja que la vea primero." El hombre de mediana edad podía sentir que aquel joven no tenía un aura muy fuerte. Había elegido ese lugar por precaución y poco a poco bajó la guardia.

Arvandus lanzó al aire una piedra y con un solo movimiento de la Espada Bronce la partió limpiamente, dejando un corte suave y uniforme.

"Una mano con magia de combate, la otra con el arma."

El deseo en la mirada de la mujer era evidente y le dio un codazo al hombre mientras le decía: "Jefe, de todas formas tú ya has dominado la Descarga Fulgor de la Víbora Púrpura. Quizás..."

El hombre dudaba, aunque había dominado la Descarga Fulgor de la Víbora Púrpura, aún podía venderla por un buen precio en otro lugar, por lo que dijo: "Mi magia de combate es de supremo Nivel C, ¿crees que tu espada está a la altura para un intercambio?"

"Cambiar o no es tu decisión, si vale o no el precio también es asunto tuyo." Arvandus retrocedió hasta el borde del acantilado.

"¿Vas a atravesar la Selva de los Susurros solo?"

"Eso no es asunto tuyo."

"¿Cómo te llamas?"

"Tampoco es asunto tuyo, solo vine a hacer un trato contigo."

El hombre de mediana edad vaciló una y otra vez, luego le preguntó a la mujer que estaba a su lado: "¿De verdad te gusta?"

"¡Me encanta!"

El hombre de mediana edad sacó un pergamino desgastado de piel de oveja, donde estaba plasmada la magia de combate Descarga Fulgor de la Víbora Púrpura y lo arrojó hacia Arvandus, este lo recogió y le echó un vistazo rápido antes de lanzarle la Espada Bronce de la Aurora.

La mujer la capturó en el aire con emoción, la maniobró varias veces y una sonrisa se dibujó en su rostro.

"Esta Espada Bronce puede tener un origen especial, les aconsejo que la usen con cuidado y que no atraigan demasiada atención. Señores, me despido." Arvandus saltó directamente desde el acantilado, desde más de treinta metros de altura, se zambulló boca abajo en el aire y con un sonido estruendoso, salpicó agua por doquier.

"Ese muchacho es bastante astuto." La mujer se paró al borde del acantilado y miró hacia abajo, considerando por un momento recuperar la magia de combate.

En medio de la noche.

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