El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 721

Ángeles tenía las palmas sudorosas y no se atrevía a hacer ningún movimiento precipitado, sólo podía aprovechar la oportunidad para observar con detenimiento todo a su alrededor, así como la serpiente frente a ella que parecía ser aterradora aún así no había hecho ningún movimiento.

Así, tras una larga y penetrante mirada, la serpiente de pupilas doradas y verticales abrió la boca y sacó la lengua con frenesí, mientras que Ángeles olía un aroma, putrefacto y extraño, diferente al de la niebla que había sentido al llegar a la isla, pero este era tóxico o alucinógeno.

Ángeles se alarmó y de inmediato contuvo la respiración, pero ya era tarde, un fuerte adormecimiento la invadió, en ese momento su mente estaba clara, pero su cuerpo se debilitó a pasos agigantados.

Al cerrar los ojos, no pudo distinguir si era un sueño o una quizás una alucinación.

En este sueño, que parecía una alucinación, Ángeles vio la historia y el origen de la isla, y.… de repente apareció un anciano con el cabello canoso.

Ese anciano estaba sentado sobre la superficie del mar, sosteniendo algo parecido a una caña de pescar, solo con una línea hecha de malezas tejidas, pero sin cebo en ella.

¿Así se puede pescar?

Por supuesto, eso no era lo importante en esta historia, lo importante era cómo despertar de este tortuoso sueño.

Ángeles intentó pellizcarse, pero no sintió dolor alguno, en este extraño sueño, la única manera de escapar era de otra forma.

Entonces Ángeles comenzó sin rumbo alguno a caminar hacia la costa, justo cuando estaba a punto de iniciar una conversación, el anciano habló primero, diciendo: —Este no es un lugar para ti.

Ángeles parpadeó asombrada, con un ligero tic en sus labios, y continuó la conversación, —abuelo, también creo que este no es mi lugar. Entonces, ¿podría llevarme de regreso o mejor aún mostrarme el camino?

El anciano sacudió la caña de pescar casera y, girando la cara para mirar a Ángeles, sonrió y dijo, —claro, te guiaré. Pero primero debes responderme una pregunta.

¿Es esto un tipo de prueba?

—Diga.— Respondió Ángeles con cierta inquietud.

El anciano levantó una ceja y planteó una pregunta irrelevante, —¿Cuánto tiempo crees que tardaré en pescar un pez?

La primera reacción de Ángeles fue que era imposible, ya que no había visto ningún cardumen de peces cerca de la costa, y además, esa vieja caña de pescar ni siquiera tenía un anzuelo; a menos que él supiera hacer magia, ¿cuánto tendría que esperar para pescar algo?

Pero luego pensó que, ya que él había hecho la pregunta y, tal vez esperaba una respuesta.

Ángeles suspiró profundo y luego caminó a grandes pasos directo hacia las olas del mar.

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