El romance del dulce remolino: Señor, ¿le gustaría ser mi pareja en el matrimonio? romance Capítulo 186

Mu Ling también entró rápidamente. Sus cejas se levantaron incontrolablemente cuando vio lo asustada que estaba Tang Ruochu. Luego, le echó una mirada sobresaltada al rostro de Lu Shijin.

El rostro de este último estaba tan malhumorado que causaba miedo. Se enfureció profundamente por el sufrimiento que le infligieron a Tang Ruochu.

Mu Ling podría jurar que en todos sus años de haber trabajado para Lu Shijin, esta fue definitivamente la primera vez que lo vio tan enojado.

En ese momento, los cuatro hombres habían sido detenidos por completo. Sus manos estaban esposadas y sus rostros estaban llenos de derrota.

El corazón de Mu Ling se estremeció un poco. Rápidamente se volteó hacia un oficial de policía que estaba a su lado y dijo: "Señor Lee, por favor, trate cuidadosamente con ellos. Nuestro Director Ejecutivo está muy enojado. Sería mejor si pudiera obtener la información de ellos sobre la mente maestra detrás de esto. Estos pandilleros no deberían tenerle rencor a nuestra señorita".

"Asistente Mu, no se preocupe. Definitivamente haré que mis subalternos se ocupen de ellos con cuidado. En cuanto al resto de la información, se la entregaremos al Sr. Lu lo antes posible. No dejaremos que el incidente de la Señora se quede sin explicación".

El Señor Lee fue muy respetuoso. Al mismo tiempo, estaba regañando a los cuatro hombres en su corazón.

De todas las personas, tuvieron que escoger a alguien de una de las cuatro familias principales. ¡Definitivamente querían morirse!

La policía se llevó rápidamente a las cuatro personas. Pronto, el viejo depósito abandonado se volvió silencioso nuevamente. Lu Shijin no se quedó mucho tiempo. Él levantó a Tang Ruochu en sus brazos y rápidamente abandonó el lugar.

Cuando Lu Shijin llevó a Tang Ruochu a casa, ya eran las 11 p.m.

Probablemente porque Tang Ruochu estaba asustada, ella permaneció acurrucada en su abrazo y no dijo nada.

Al entrar en su habitación, Lu Shijin la llevó al baño y le lavó la vergüenza y la suciedad de su cuerpo. Durante este proceso, Tang Ruochu volvió gradualmente a su estado normal.

Ella se empapó en la bañera y estuvo frente a él desnuda. Sus largas piernas blancas se extendieron por la bañera. Su perfecta figura se veía aún más elegante al empaparse en agua caliente y hacía que la imaginación de uno volara sin control.

Tang Ruochu se estremeció. Mientras miraba al hombre que tenía delante, sus brazos no pudieron evitar enrollarse alrededor de su cuello y besó torpemente sus delgados labios.