El romance del dulce remolino: Señor, ¿le gustaría ser mi pareja en el matrimonio? romance Capítulo 370

"Shen Mofei, tú...".

Justo cuando Song Anyi estaba a punto de rechazarlo, otra persona habló por el celular. "Señorita, lo siento, el cliente está realmente muy borracho. Por favor, venga a buscarlo. El bar no se hará responsable de los daños que se le hagan si algo sucede".

Al final, ella decidió ir al bar a buscar al hombre borracho y llevarlo a su propia casa.

El borracho de 1.8 metros de altura era extremadamente pesado. Afortunadamente, el guardia de seguridad tuvo la amabilidad de ayudar a llevarlo a la casa de ella.

De lo contrario, ella se habría quebrado bajo su peso.

Después de ayudarlo a acostarse, ella entró al baño para preparar una toalla tibia para limpiarle la cara.

Sin embargo, una vez que ella se dio la vuelta, él entró tambaleándose al baño y comenzó a quitarse la ropa. Ella casi exclamó sorprendida, como si acabara de encontrar a un pervertido.

"Shen Mofei, debes ducharte solo. No te ayudaré". Ella tiró la toalla y se preparó para irse, dándole espacio para que se duchara en el baño.

De repente, ella sintió un fuerte agarre en su muñeca. Se quedó atónita. Al instante, se sintió mareada. Antes de que pudiera reaccionar, se vio empujada contra la pared del baño.

"Shen Mofei, tú...".

Antes de que ella pudiera quejarse, sus suaves y cálidos labios presionaron contra los de ella. Al instante, las fosas nasales de ella se llenaron del olor a alcohol, lo que la dejó mareada.

La punta de su lengua forzó a abrir sus dientes y recorrió sin piedad cada rincón de la boca de ella. Al final, se enredó con sus labios en un baile loco.

Sin embargo, como si no pudiera sentir la frialdad del agua, se quedó allí en silencio, dejando que la lavara. Parecía que esta era la única forma en que podía curarse.

El sonido del agua corriente despertó a Shen Mofei. Se dio la vuelta e inconscientemente fue a abrazar a la persona a su lado. Sin embargo, no había nadie.

Abrió bien los ojos y se dio cuenta de que no había nadie a su lado.

Luchando por sentarse erguido, se acarició la cabeza, que aún le dolía. Se giró hacia el baño de donde provenía el sonido del agua.

Volteó su cuerpo para salir de la cama antes de caminar rápidamente hacia la puerta del baño. La puerta no estaba cerrada, y un lindo y frágil cuerpo estaba debajo del cabezal de la ducha.

Un destello de luz brilló en sus pupilas negras mientras entraba.