El romance del dulce remolino: Señor, ¿le gustaría ser mi pareja en el matrimonio? romance Capítulo 50

“Finalmente estás aquí.” Ning Qiaoqiao saludó a Ji Yinfeng con una sonrisa, la adoración era clara en su mirada.

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Su obsesión con él solo había crecido con los años.

“Disculpa que llegue tarde. Tuve un contratiempo,” Ji Yinfeng dijo con una sonrisa que suavizó sus facciones.

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“No te preocupes. Tengo suficiente tiempo antes de dirigirme a mi siguiente cita,” Dijo Ning Qiaoqiao mientras lo dirigía al sofá y le servía un vaso de agua. “¿Podría saber la razón por la que me estás buscando?”

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“Quisiera pedirte un favor,” Ji Yinfeng dijo asintiendo. “Ruoruo quisiera regresar a la industria del entretenimiento. Estoy seguro que estás anuente de su situación, por eso quisiera pedirte que la ayudaras.”

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Hubo una pequeña pausa antes que ella le preguntara con el ceño fruncido, “¿No está embarazada? ¿Por qué no se queda en casa descansando?”

“Aaah, como debes saber, hay una enemistad entre Ruoruo y Ruochu. Ruoruo no quiere dejar pasar esto, y ahora que lleva a mi hijo en su vientre, no puedo negarle sus pedidos tampoco,” Dijo Ji Yinfeng algo exasperado, y había un toque de molestia en sus ojos.

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Ning Qiaoqiao frunció el ceño, sintiendo que estaba en un dilema.

Este era el hombre que ella amaba, pero ahora estaba pidiéndole que ayude a su rival en el amor.

Ella se lo pensó por un momento antes de decir, “Disculpa, no puedo ayudarla. Por favor perdona que sea directa, pero la imagen de Ruoruo casi está completamente arruinada. Le será muy difícil regresar. No tengo inconveniente en recomendarla con unas cuantas personas por respeto a ti, pero no sé qué tan efectivo sea.”

“No te preocupes. Utilizaré todos los recursos dentro del Grupo Ji para ayudarla lo más posible,” dijo él.

Sus palabras la molestaron un poco más y le dijo, “No puedo creer que estés tan parcializado. He estado enamorada de ti por tantos años y a mí nunca me has tratado de esta manera. ¿No te da miedo que me ponga celosa de que tan bien tratas a Ruoruo?”

Ji Yinfeng sonrió y le dijo, “Por supuesto que no lo harás. Tú siempre has sido una chica sensible y amable. Me asegurare de recompensártelo.”

Ella arqueó su ceja y preguntó coquetamente, “¿Cómo me piensas recompensar?”

“¿Qué te gustaría?” preguntó él.

Ella pensó por un momento, y entonces una mirada confabuladora apareció en su rostro antes de que dijera, “¿Podrías llevarme a cenar si tienes tiempo? Como debes saber, no se puede confiar en nadie en esta industria, así que siempre he estado sola…”

“Seguro. Tengo una reserva en el Sea Galaxy, ¿te parece si vamos a cenar esta noche?”

“¡Seguro!”

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Tang Ruochu no se dirigió directamente a casa, sino que le ordenó a Lu Shengyao que la dejara en el hospital.

La fiebre de Song Anyi ya había disminuido y ella se sorprendió al ver a Tang Ruochu. “¿Lograste terminar la entrevista tan rápido?”

“Ajá. Igual no tenía mucho que decirle” dijo con el ceño fruncido mientras colocaba las frutas que había comprado en la mesa.

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“Estás anteponiendo a tu esposo antes que tu amiga,” dijo Song Anyi con una sonrisa antes de que se despidiera de su amiga mientras decía, “Te veo mañana.”

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Tang Ruochu se fue a casa luego de salir del hospital. Sin embargo, ella no vio a Lu Shijin cuando llegó a casa.

Ella estaba un poco confundida, así que ella se volteó a ver a Lu Shengyao y le preguntó, “¿Dónde está tu hermano?”

“En la cocina,” dijo Lu Shengyao con una juguetona sonrisa, su emoción era obvia en su rostro.

Tang Ruochu lo miró en shock, “¿estás bromeando?”

“Jaja, nos tienen una grata sorpresa,” Dijo Lu Shengyao mientras tragaba fuertemente con anticipación.

Sus ojos brillaban de hambre.

Tan Ruochu lo miró incrédula y solo corrió a la cocina cuando se dio cuenta que él no parecía estar bromeando.

Al llegar, vio a Lu Shijin muy ocupado en la cocina.

Él estaba vestido con una camisa blanca y un pantalón crema. Él estaba de espaldas a ella mientras picaba vegetales. Su cuchillo se movía rápida y hábilmente a través de la tabla de cortar mientras picaba comida en trozos uniformes. Sus movimientos eran elegantes y extrañamente placenteros para la vista.

Cuando tomó una respiración profunda, la incredulidad en sus ojos se desvaneció.

Ella no esperaba que el distante, elegante y distinguido hombre fuera adepto a la cocina. Él se veía muy cómodo en la cocina, lo que le agregaba más a su encanto.