Resumo de Capítulo 386 – El Secreto de Mi Prometido por Internet
Em Capítulo 386 , um capítulo marcante do aclamado romance de Multimillonario El Secreto de Mi Prometido, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de El Secreto de Mi Prometido.
¡El hombre sentado en medio del sofá dentro del reservado no era otro que Andrés!
Al principio, Andrés no levantó la vista hacia la puerta.
Fue Óscar quien notó de inmediato la reacción extraña de Carolina y preguntó con cierto desconcierto: —¿Qué pasa? ¿Por qué te detuviste?
Carolina quiso huir, pero Óscar la sujetó. —¿Huir de qué? ¿No querías salir del país?
Ese movimiento llamó algo la atención, y algunas personas voltearon a mirar.
Alguien reconoció a Carolina y exclamó sorprendido: —¿No es ella Carolina? ¿Por qué la trajiste?
Carolina había difamado a Luisa en las redes y había incitado a sus seguidores a acosarla una y otravez, lo cual se había vuelto un escándalo bastante sonado.
Numerosos hijos de familias adineradas en Puerto Bella, que antes no conocían a Carolina, se enteraron de ella por ese asunto.
Al oír el nombre "Carolina", Andrés levantó instintivo la mirada.
Esa mirada, afilada como una daga, destelló con un escalofriante resplandor.
El corazón de Carolina dio un vuelco total y su espalda se tensó de miedo.
Ya estaba, esta vez no había forma de escapar.
Era evidente que Ramón, estaba al tanto del conflicto entre Carolina y Luisa.
De inmediato se dio cuenta de que la amiga que Óscar le había pedido ayudar a salir del país era Carolina.
El rostro de Ramón se ensombreció y furioso le preguntó a Óscar con voz severa: —¿Esa amiga de la que hablabas es ella?
Óscar no sabía que Ramón conocía a Andrés.
Óscar estaba en el mismo círculo que Carolina y Carlos, así que naturalmente conocía el profundo odio que existía entre Carolina y Luisa.
—Tráela.— Andrés ordenó con voz siniestra.
Óscar no se atrevió a desobedecer a Andrés y, a regañadientes, arrastró a Carolina hacia él.
Carolina se resistió, pero no tenía la fuerza suficiente para oponerse a Óscar, así que todo fue inútil.
Carolina fue llevada frente a Andrés.
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