El Secreto de Mi Prometido romance Capítulo 388

Leia El Secreto de Mi Prometido Capítulo 388

O romance El Secreto de Mi Prometido Capítulo 388 foi atualizado com muitos detalhes inesperados, resolvendo diversos conflitos emocionais entre os protagonistas. Além disso, o autor Internet demonstra grande habilidade ao criar situações únicas e envolventes. Acompanhe Capítulo 388 da série El Secreto de Mi Prometido, escrita por Internet.

Palavras-chave pesquisadas:

História El Secreto de Mi Prometido Capítulo 388

El Secreto de Mi Prometido por Internet

Francisco eligió un restaurante occidental con un ambiente encantador.

La decoración interior del restaurante se basaba en tonos cálidos, y la luz suave se filtraba a través de elegantes lámparas de techo, irradiando así un brillo acogedor con un toque de ensueño.

En las paredes colgaban varios cuadros al óleo de estilo retro y colores llamativos, que añadían un toque de dinamismo artístico a ese espacio silencioso y apacible.

Francisco llevaba de la mano a la pequeña Aída, mientras que Luisa llevaba a Violeta.

El camarero los condujo hasta una mesa junto a la ventana, con una vista excepcional.

Sobre la mesa redonda de cristal había un pequeño y delicado ramo de flores frescas, que desprendía un tenue aroma refrescante.

Las dos niñas alegres se sentaron juntas, hombro con hombro.

Francisco y Luisa también se sentaron. La verdad la mesa redonda no era grande, por lo que ellos también quedaron muy cerca.

Una suave melodía de piano clásico flotaba en el aire, deslizándose poco a poco y envolviendo el ambiente.

Después de pedir la comida para las niñas, Francisco le pasó el respectivo menú a Luisa.

En el momento en que Luisa levantó la mirada, se encontró de improviso con una mirada profunda y oscura.

Se quedó inmóvil por un segundo, y la linda sonrisa desapareció de su rostro.

Andrés estaba de pie no muy lejos de allí, con una expresión inescrutable en los ojos, que se tornaban aún más oscuros y brillantes.

A su lado, había una mujer de figura esbelta y cabello rizado.

Aunque habían pasado muchos años sin verse, Luisa reconoció de inmediato que aquella mujer era precisamente Fabiola.

Recordó lo que Catalina le había dicho: que Fabiola había regresado al país esta vez por Andrés. Un peso se le clavó en el pecho, y con naturalidad apartó la mirada.

Francisco también había notado a la pareja.

Le lanzó a Andrés una mirada cargada de intención, y con una sonrisa de satisfacción dijo: —Qué coincidencia, presidente Andrés, ¿esa es la novia del presidente Andrés?

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Secreto de Mi Prometido