Entrar Via

El verdadero chingón romance Capítulo 12

Cuando regresó al dormitorio de los hombres, Qin Ming navegó entre las fotos de la cámara que le había regresado. Solo quedaba una foto en la galería y era de Nie Haitang haciendo un «dos» con sus dedos. Se la había tomado ella misma y era obvio que la había dejado a propósito.

Él sintió júbilo. Qin Ming guardó la foto en su teléfono y la configuró como su fondo de pantalla.

—¿No sabes cómo invertir en la bolsa? ¿Podrías enseñarme, por favor? —Las palabras de Nie Haitang reverberaban en sus oídos. No esperaba que la chica le pidiera ese favor.

«La mentira blanca que le dije se convirtió en un engaño. En verdad piensa que soy un profesional para invertir en la bolsa».

Qin Ming pensó en la persona encargada de los negocios de la Corporación Progreso del Siglo en Ciudad de la Luz, Hou Qin. El negocio abarcaba muchas áreas, así como algunas compañías de compra y venta de acciones y fondos de inversiones.

Qin Ming le llamó a Song Ying la mañana siguiente y le pidió que le notificara a Hou Qing que hiciera algunos preparativos. Qin Ming quería ir y a la relativamente gran compañía de compra y venta de acciones en Ciudad de la Luz, la Bolsa de Valores de Tian Cheng.

Qin Ming y Nie Haitang tomaron un taxi en la entrada de la universidad y partieron hacia la Bolsa de Valores de Tian Cheng.

El conductor del taxi no pudo evitar aconsejar a los dos jóvenes.

—¿Quieren invertir en la bolsa? Escuchen, la bolsa es una enorme trampa. No hay punto de regreso en cuanto pones un pie en esa trampa. Yo me aventuré en el mundo de los negocios con 10 millones. Pero después de invertir en la bolsa hace 3 años, he estado conduciendo un taxi.

—Pfff. —Nie Haitang no pudo contener su risa cuando escuchó al conductor.

—No es lo mismo. Qin Ming es un profesional. Ganó en los últimos días cien mil netos —le dijo ella.

—Cien mil no es nada. Yo he ganado más de 2 millones en una transacción en mis mejores días en la bolsa. ¡Pero mírenme ahora! La bolsa es un patio de juegos para esos enormes conglomerados, nosotros los pobres inversores no somos nada más que contribuidores para su riqueza.

Qin Ming solo le sonrió en respuesta a sus palabras. No debía de ser presumido con su estatus de heredero del hombre más rico en la faz de la tierra frente a este conductor de taxi.

Pero Nie Haitang se sintió descontenta de pronto.

—Ese es usted. Qin Ming es diferente.

El conductor sacudió su cabeza. Sentía que estaba desperdiciando su esfuerzo al decirles a esos jóvenes lo que pensaba.

—¡Ja! Se arrepentirán de no seguir mi consejo cuando pierdan todo su dinero en la bolsa como yo.

Cuando llegaron a la Bolsa de Valores de Tian Cheng, había muchas personas de pie frente a la compañía. Los empleados estaban haciendo una fila en la entrada mientras practicaban su eslogan para darle la bienvenida a los poderosos personajes que estaban a punto de llegar.

No les permitieron ingresar al edificio a Qin Ming y a Nie Haitang.

—Disculpe, ¿puede dejarnos pasar? Quisiéramos registrar una nueva cuenta —dijo él.

La Gerente le lanzó una mirada y vio el atuendo barato de Qin Ming, así como sus bolsillos vacíos, entonces pensó.

«Hay muchas personas como estos jóvenes que quieren abrir una cuenta de corredor de bolsa para intentar invertir. Es un desperdicio de tiempo abrir sus cuentas porque no saben nada de la bolsa. Nuestro jefe visitará la compañía junto con un invitado VIP. incluso regresó del extranjero para darles la bienvenida. No hay tiempo para desperdiciarlo con gente tan insignificante ya que todos los empleados están practicando para darle la bienvenida a los invitados VIP».

La mujer los trató con frialdad.

—Estamos ocupados el día de hoy. Pueden ir a otra compañía de bolsa para abrir sus cuentas.

«¿Qué? Están abiertos y aun así, ¿esta Gerente dice que están muy ocupados hoy?».

Nie Haitang estaba enojada también.

—¿Por qué tiene esa actitud? Nosotros también somos clientes.

La Gerente les dijo con impaciencia.

—¿Mi actitud? ¿Cuánto dinero trajeron para abrir su cuenta? ¿Al menos trajeron 500 mil? Si traen pequeñas cantidades como 2 o 3 mil entonces le sugiero que se vayan o encuentren otra compañía. Vendrán a visitarnos invitados importantes. Por lo que no tenemos tiempo que perder con plebeyos como ustedes. Mira al pobre hombre que está a tu lado, por Dios.

Nie Haitang estaba enojada. Pero era un hecho que no había llevado una gran cantidad de efectivo para abrir su cuenta ese día. La chica llevó sus ahorros, los cuales sumaban solo cien mil.

Qin Ming no tuvo opción más que consolar a Nie Haitang, en vista de que le había prometido a Song Ying y a Hou Qing que los vería ahí.

—Esperemos un rato.

Dos autos BMW se detuvieron frente a la entrada después de 5 minutos. La Gerente vio los números de las placas y se apresuró a abrirles las puertas. Se inclinó y lo saludó.

—Jefe, Señora Xia.

Los demás empleados se inclinaron también y saludaron a los dos al mismo tiempo.

—Bienvenido jefe. Bienvenida Señora Xia.

Capítulo 12 Inversión 1

Capítulo 12 Inversión 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El verdadero chingón