Zong Jinghao levantó la mano y revisó el tiempo. He Ruize fue rápido, pues habían pasado alrededor de catorce horas desde que ocurrió el incidente y sabía que no iba a cumplir con su cometido atacando a Lin Xinyan, así que cambió el objetivo a la persona que más le importaba.
Con lentitud, retiró la mano que sostenía el teléfono. Lin Xichen se puso un poco nervioso cuando no escuchó la respuesta de Zong Jinghao debido a que He Ruize estaba en su casa y no se atrevía a decirle a Zhuang Zijin por miedo a que no pudiera mantener la calma, actuara de manera imprudente y lo alertara.
—¿Tengo que llamar a la policía? —preguntó Lin Xichen.
Zong Jinghao miró a Lin Xinyan y pensó por un momento.
-¿Qué le dirás a la policía?
Lin Xichen se quedó sin palabras, pues ahora que no había evidencia, no podía publicarse el video; además, tampoco era de mucha ayuda el video corto.
-Entonces, ¿qué deberíamos hacer? -preguntó Lin Xichen, ansioso.
Zong Jinghao se recargó en su escritorio de manera casual, pasó sus dedos por el borde de la mesa, y después de pensarlo por un momento, le preguntó:
-¿Quieres vengar a tu mamá?
-Sí -dijo Lin Xichen sin dudarlo.
-¿Te atreves a arriesgar tu vida?
Lin Xichen se sorprendió por un instante; sin embargo, entendió enseguida a lo que se refería Zong Jinghao.
-Quieres que siga a He Ruize para que así, cuando nos tenga secuestrados, podamos obtener evidencia de su incumplimiento de la ley, pero sin involucrar a mami.
A pesar de que He Ruize era un hombre sinvergüenza, si algo así salía a la luz, la reputación de Lin Xinyan también se vería afectada.
Cada vez se hacía más profunda la mirada que Zong Jinghao tenía puesta en Lin Xichen, pero en lo único que pensaba era que ese niño tenía una mente despierta, ya que pudo entender lo que quería decir de manera muy rápida.
—Sí —Lin Xichen respondió con valentía—. Pero...
Él guardó silencio de nuevo para pensar por un momento. «Sin duda, mami se enojará si se entera que Zong Jinghao la usa como carnada.»
-¿Pero qué? -preguntó Zong Jinghao.
-Nada. —Lin Xichen decidió no decirle.
-Tienes que actuar normal y fingir que no sabes nada. No levantes sospechas, solo prende la ubicación de tu celular y lo demás déjamelo a mí.
-Está bien. -Lin Xichen sabía qué hacer.
Después de colgar el teléfono, Zong Jinghao llamó por la línea interna a Cuan Jing para pedirle que fuera. Poco tiempo después, tocó a su puerta, a lo que Zong Jinghao dijo: -Adelante.
Guan Jing abrió la puerta y se acercó a Zong Jinghao. A continuación, este último le dijo unas cuantas palabras a Guan Jing en voz baja, quien después de escucharlas, miró a Lin Xinyan y se preguntó: «¿Se molestará si llega a saber sobre esto?» Después de todo, estaban arriesgando la vida de su hijo.
-Yo me encargo.
-No cometas ningún error y quiero que lo hagas tú mismo.
-Está bien.
Lin Xinyan tomó una revista financiera y la hojeó con toda tranquilidad. No le interesaba leerla; sin embargo, estaba aburrida y quería matar el tiempo haciendo algo. Además, parecía que Zong Jinghao estaba tratando unos asuntos con Guan Jing y no quería molestarlo. Cuando salió Guan
Jing, Zong Jinghao le preguntó: —¿Te gustaría ver si ya terminaron de hablar? -Se refería a Su Zhan y Yu Doudou.
—Claro. —Se levantó y se quitó el saco.
Su vestido era delgado, por lo que se secó con el aire acondicionado de la oficina; Zong Jinghao quería ponerle la mano en el hombro, pero ella la esquivó.
-Si vuelves a hacer eso, me enfadaré.
Lin Xinyan puso la cara larga. La relación actual entre ambos no estaba clara ni definida, así que las personas podrían hacer conjeturas si los veían así. Zong Jinghao, por su parte, no la forzaba la relación, pues no tenía prisa. Había tiempo suficiente para llegar hasta donde quería.
Su Zhan y Yu Doudou estaban en la sala de visitas. Zong Jinghao y Lin Xinyan llegaron ahí atravesando el área de oficinas, la cual no estaba lejos. En cuanto ella abrió la puerta, se impresionó por la amplitud de la habitación; además, la decoración era muy diferente a aquella en la oficina de Zong Jinghao. El escritorio y la silla oscuros hacían que el lugar pareciera tranquilo, mientras que en el lado derecho habían instalado una pared de cristal, provocando que la iluminación fuera excelente. Cada pieza decorativa era muy llamativa e incluso las tazas también eran caras.
Lin Xinyan podía entenderlo, después de todo la sala de visitas se usaba para recibir invitados y para discutir ciertos asuntos. Por lo tanto, esta sala representaba lo que era la compañía.
Yu Doudou, quien había estado algo reservado, se puso de pie en cuanto vio entrar a Lin Xinyan y ella le hizo un gesto para que no se pusiera nervioso.
—¿Cómo va todo? —Zong Jinghao sacó la silla y se sentó.
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