Enamórate de la Chica Sin Lobo a Primera Vista romance Capítulo 2

2 /613

La bicicleta que acababa de dispararse hacia adelante se detuvo abruptamente bajo el control de Tessa. Había estado lista para irse, pero un presentimiento la detuvo. Si dejaba a Landon atrás, se arrepentiría por el resto de su vida.

Con un suspiro, cambió de opinión y decidió echarle una mano. Al momento siguiente, Tessa arrojó a un lado su bicicleta, dejó de contener sus verdaderas habilidades, y se teletransportó instantáneamente en medio de los hombres lobo.

Sin un arma, rápidamente desarmó a dos de los hombres lobo y se involucró en combate cuerpo a cuerpo contra el grupo. El líder, observando los movimientos rápidos y brutales de Tessa, enderezó su postura, su expresión volviéndose seria. «¿Cómo puede una loba adolescente sin despertar poseer tal fuerza?», se preguntó.

Pero ahora no era momento de reflexionar sobre eso.

—¡Mátenlos a ambos! —ordenó el líder con frialdad.

Sin importar qué, Landon tenía que morir esta noche. Tessa maniobró más allá de la refriega y se detuvo junto a Landon.

—¿Aún vivo?

—Aún no he muerto —respondió Landon, con su mirada fija en ella.

A los 27 años, Landon aún no había conocido a su compañera destinada. Pero ahora, algo sobre esta joven se sentía... diferente. «Si tan solo no estuviera envenenado», pensó con amargura. «Flex podría confirmar si realmente es mi compañera».

Pero su lobo, Flex, había quedado inactivo después de sufrir heridas severas tratando de salvarlo. Ahora no era momento de enfocarse en tales cosas. Los hombres lobo restantes corrieron hacia ellos nuevamente.

—¡Cuidado! —Landon, herido, logró gritar justo cuando Tessa se lanzó de vuelta a la acción.

Sus movimientos eran precisos, poderosos y sin esfuerzo, enfrentando a todo el grupo sin sudar ni una gota. Cada golpe era ejecutado con fría confianza y eficiencia. Cuando finalmente tuvo a los hombres lobo esparcidos en el suelo, Tessa pateó a uno a un lado y se dirigió hacia Landon.

—Listo. De nada —dijo, montando su bicicleta para irse.

Eran casi las 11 p.m., y necesitaba llegar a casa. Pero mientras pedaleaba, su bicicleta no se movió. Al voltear, vio a Landon agarrando el asiento trasero, sus ojos llamativos llenos de frustración a pesar de la hora tardía.

—¿Algo más?

—Gracias —dijo suavemente antes de colapsar al suelo.

—Maldición —murmuró Tessa, mirando al hombre elegante ahora inconsciente en el pavimento. Finalmente, suspiró y se agachó para inspeccionar sus heridas.

Su cuerpo estaba lleno de heridas de cuchillo y marcas de garras de hombres lobo, aunque ninguna era mortal. La peor herida era un disparo cerca de su corazón: una bala de plata diseñada específicamente para matar hombres lobo. Si hubiera estado un milímetro más cerca de su corazón, habría estado más allá de toda salvación.