Narra Amelia.
—¡Oye!—le grite a Daniel cuando me lanzó agua. Estabamos nadando y disfrutando del sol. Me aferre a él, lo envolví con mis brazos
—¿Te estas divirtiendo?— preguntó apartando un poco de mi cabello mojado de mi cara, se acercó más, su erección estaba clavandose en mí.
—Más de lo que jamás hubiera creído posible—respondí.
Puse mis labios en los suyos y le demostré lo agradecida que estaba. Realmente solo hemos estado aquí unas horas, pero todo ha sido perfecto. Cuando desperte me besó suavemente por todas partes. Después del desayuno. Me puse el bikini y salte a la playa y aquí estabamos ahora. Salimos del agua y nos secamos con las toallas.
—Puede que tenga que ponerte más protector solar. No quiero que te quemes el primer día aquí —dijo colocando un beso cariñoso en mi hombro.
—Pero ya me puse protector solar una vez—proteste.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enséñame el placer