—Debo tener un extraño fetiche con el hecho de que me cabalgues — dijo Vladimir presionando con fuerza los dientes a sentir como a medida de que Violeta descendía, se hundía en ella— eres como una droga— Violeta lo miró con ojos frío y llenos de rencor.
—Nunca he odiado a nadie, como te odio a tí — le dijo al tiempo que se dejaba caer, sus uñas se enterraron en los masculinos hombros— ¿Hasta cuándo me tendrás aquí?
—Te trato bastante bien, bien alimentada, aseada y con una muy buena dosis de sexo diaria, ¿por qué querrías irte?— acarició sus caderas.
—Quiero hacerlo, me quiero ir. ¿Cómo haces para seguir tu vida como si nada mientras me tienes aquí?, ¿ Qué le dices a Ivanna?— lo miró con intensidad.
—Ivanna nunca ha sido un problema, es bastante tranquila, muy dócil, le doy buen sexo, y vamos al club— Violeta desvío la mirada al escuchar que mencionaba el club. . . — Vamos, no te pongas sensible, muñeca — azotó con fuerza sus glúteos y ella presionó los dientes para no gritar— Volkov no ha mostrado ni un cabello por allí — Violeta volvió a centrar su mirada en él.
—Cállate— le dijo con desprecio.
—Al parecer, sigue muy ocupado buscándote. Todos comienzan a extrañarse — dijo mientras hundía la yema de sus dedos en la sedosa piel femenina— Él buscándote, y yo aquí. . . disfrutándote — le dijo deslizando el puente de su nariz por el cuello— vamos muñeca, hazlo como sólo tú sabes hacerlo. . . dame un poco de felicidad — sonrió de forma perversa.
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Dos meses habían transcurrido desde el día en que Violeta había desaparecido. Mikhail parecía estarse consumiendo en vida, el dolor estaba acabando con él, había bajado de peso, los dolores de cabeza siempre estaban presente, su cara constantemente se veía agotada y sin ánimo.
Jarvis, había estado allí apoyándo incondicionalmente al ruso y a la mujer que amaba, cada día estaba más frustrado por no poder dar con Violeta, era como si se la hubiese tragado la tierra, no quería decir lo que pensaba en alta voz, pero comenzaba a perder las esperanzas de encontrar a Violeta con vida y los he era peor aún, comenzaba a dudar de que algún día encontrasen un cuerpo. Pero Mikhail y Olivia, no estaban dispuestos a rendirse y él los apoyaría sin dudarlo.
Olivia, sentía que sus días pasaban entra la alegría de volver a tener a Jarvis a su lado, y la agonía que le producía la ausencia de Violeta. Poco a poco, con el paso de los días, comenzaba a perder un poco más de fuerza, por eso se abrazaba aJarvis para poder recargar las baterías.
Dmitry, de a poco dejo de asistir a la mansión Volkov, evitando a toda costa las interacciones con Olivia y Jarvis.
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