— Creo que lo mejor será que me vaya. — Suspiró Maya, ya no podía seguir ignorando la mirada de desaprobación que le daba su madre cada vez que podía, haciendo que su corazón se volviera más incómodo. Desde ayer que volvió, Meryl siempre la veía con molestia.
Seguía sin entender como la habían dejado de amar tan rápido, porque ella seguía amando a sus padres mucho a pesar de todo y estaba segura que sin importar lo que sus hijos hicieran, ella nunca podría dejar de amarlos.
— Maya ya no puedes volver, cuando papá este un poco mejor hablaré con él, lo convenceré de que te acepte nuevamente, todo va a estar bien, mamá solo está preocupada por la reacción de él, pero yo arreglaré todo. — Prometió Jacob, estaba decidido a hacer que Jerome la aceptará de nuevo, ya no quería que ella estuviera lejos, no soportaba el hecho de que ella tuviera que vivir en otro país con sus sobrinos, además sabía que a Maya le dolía estar lejos de sus padres y de él. — Si vuelves con Víctor como tienes planeado y te casas seguro que te aceptara. — Susurró, aunque esto no le agrada sabía que ella igual volvería con Víctor, entonces aprovecharía esto para solucionar las cosas con su familia.
— No creo que suceda, pero igual me quedaré al menos por unos días más, para asegurarme de que papá va a estar bien. — Espetó ella, cuando él se recuperara si no la quería cerca, ella se iría y no insistiría en volver, porque ya su corazón dolía demasiado como para seguir rogando por un poco de amor.
Jacob no dijo nada y después de recibir una llamada se despidió de ellas, tenía que ir a arreglar un asunto.
— ¿Dónde está el bebé que tuviste? — Cuestionó Meryl sin poderlo evitar, Jacob nunca le había comentado nada de lo que había pasado con Maya y ellos tampoco habían preguntado y en este momento ella sintió curiosidad.
— Son dos bebés, gemelos, como Jacob y yo, solo que ellos son mucho más parecidos y no te preocupes, como te podrás haber dado cuenta ya, no los traje conmigo, no harán las cosas más complicadas. — Respondió Maya pensando que esto era lo que le importaba a su madre.
— Muéstrame una foto, quiero verlos. — Dijo Meryl, nunca había visto a sus nietos y su curiosidad se hizo más profunda al saber que eran gemelos.
— Lo mejor es que no los veas, ustedes no tendrán ninguna relación. — Se negó Maya levantándose de su asiento, sabía que si su madre ni siquiera estaba enterada que había tenido gemelos era porque nunca se había interesado por ella ni por sus hijos, ya que pudo preguntarle a Jacob y este seguro le diría, ahora no tenía sentido que se interesara en ellos. Además no creía que ni siquiera pudieran conocerse en un futuro.
— Eres una niña realmente malagradecida, soy tu madre y mira como me tratas. — Se quejó Meryl y Maya la ignoró mientras comenzaba a alejarse para llamar a Victor.
— Hola, ¿Todo está bien? ¿cómo estás? Estaba por llamarte, pero no sabía si estarías ocupada. — Espetó Victor ansioso, cuando atendió su llamada.
— Todo está bien, ¿Cómo se están portando los niños? — Cuestionó Maya un poco preocupada, ellos ya habían pasado tiempo con Víctor, pero está era la primera vez que ella estaba tan lejos de sus hijos, nunca los había dejado por más de unas horas.
— Ellos están bien y se están portando muy bien, de hecho quieren hablar contigo.
— Pásamelos por favor. — Dijo Maya de inmediato.
— Hola mamá, ¿Cuándo volverás? Ya te extrañamos. — Dijeron los dos niños al unisonó y el corazón de Maya se calentó mucho, sus pequeños siempre lograban darle un poco de felicidad sin importar lo triste que se sintiera.
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