Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 3

— Está bien, toma asiento y dime lo que tengas que decir. — Dijo Melissa.

— Gracias por darme la oportunidad señora Halls, yo quería pedirle la mano de su hija Michelle para casarme con ella cuánto antes. Sé que su esposo Sr. Halls no está y quería esperar hasta ese momento, pero ya no podemos esperar más, queremos casarnos pronto. — Espetó Noah tomando asiento al lado de Michelle y sosteniendo la mano de ella entre las suyas.

— ¿De verdad te vas a casar con ella? — Cuestionó Aria con su voz quebrándose al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a deslizarse por su rostro, ver al hombre que tanto amaba tomado de la mano con su hermana y pidiendo su mano, era desgarrador.

— Si, ¿Esas son lágrimas de felicidad hermana? Que linda eres. — Dijo Michelle al mismo tiempo que se levantaba para abrazar a Aria. — Pobre Aria, siempre pierdes, deberías estar acostumbrada y no aspirar a nada más que una vida miserable, que es lo que mereces, Noah es demasiado para ti. — Susurró en su oído y luego se separó de Aria para volver a tomar asiento.

Melissa al escuchar las palabras de Noah dudó por un momento, pero estaba dispuesta a aceptar lo que su hija quería.

— Está bien, aceptaré su matrimonio y estoy segura de que su padre también estará de acuerdo, pero él hablara con usted cuando llegue el futuro que tiene para ofrecerle a mi hija.— Declaró Melissa con una sonrisa. Cuando su esposo llegará, hablaría la parte de los negocios con Noah.

Por ahora, lo que a ella le importaba era que Michelle estuviera feliz y aunque se sentía un poco extraña porque Noah era el novio de Aria, ella no le importaba demasiado, solo que tenía que encargarse de que no se atreviera a decir nada sobre esto.

Aria que estaba intentando calmarse tuvo que salir corriendo hacía el baño a llorar, la impresión de esta noticia había sido muy grande. Todo se sentía incorrecto, su cuerpo tenía mucho frío y seguía muy débil, también presentía que había muchas cosas malas por suceder.

Cerró la puerta y empezó a sollozar con fuerza, después de eso, quería vomitar y sentía mareos porque lloraba tanto.

Lavó su rostro e intento recomponerse.

“No tengo porque sentirme mal, Noah me traicionó, no debo seguir amándolo, ni sufriendo por él.” repitiéndose una y otra vez. Pero, aunque se decía esto el dolor en su corazón seguía presente, porque los sentimientos y el dolor no desaparecen de un día para otro.

— Hermana, ¿Qué sucedió? ¿Te sientes mal? ¿Estas vomitando o qué? — Cuestionó Michelle detrás de la puerta fingiendo ser considerada, de hecho, la difamó ante su prometido Noah.

— Estoy bien, ya salgo. — Respondió Aria, preguntándose cómo Michelle podía ser tan buena actriz y engañar a todos con su máscara de amabilidad.

Después de lavarse la cara logró calmarse y salir de nuevo.

— Lo siento mucho, no me siento bien, así que iré a mi habitación. — Murmuró al volver al salón.

— Estás bastante extraña, ten cuidado con lo que haces, no quiero ninguna sorpresa. — Dijo Melissa frunciendo el ceño y rápidamente el ceño de Noah también se frunció al entender el significado de sus palabras.

Noah se quedó observando a Aria detenidamente, preguntándose si era posible que ella vomitara por tener un hijo en el vientre.

Claro que si era así este bebé no pertenecía a él, ya que ella siempre se había negado a entregarse a él.

Solo pensar en que estaba esperando un hijo de un hombre cualquiera como los del bar lo llenaba de rabia.

— Solo estoy cansada, buenas noches y felicidades por su boda. — Dijo Aria, sintiendo que cada palabra la desgarraba y se fue rápidamente a su habitación, sin querer tener que seguir viendo la sonrisa arrogante de Michelle.

Al entrar a su pequeña habitación, se acostó en la cama y finalmente dejo caer todas sus lágrimas contenidas, desahogando su dolor sobre la almohada, se sentía tan cansada de todo esto, de todo el dolor que le causaba está supuesta familia y solo quería escapar, alejarse para siempre de ellos y del sufrimiento.

Pero estaba su abuela que solo le importaba y le trataba como su verdadera familia, no podía irse sin más, porque nadie más en la familia estaba al pendiente de su abu Amelia como debería. Aria no era capaz de simplemente alejarse sin preocuparse.

Lloró hasta quedarse dormida, arrepintiéndose de entregarle su corazón a Noah para que esté lo hiciera pedazos y también de haber creído que podría ser feliz con él, porque esto solo fue una falsa ilusión y cuando todo se derrumbó frente a ella la destruyó, ni siquiera deseaba volverse a despertar.

Cuando apenas llevaba dormida unas pocas horas se despertó al escuchar que alguien tocaba la puerta de la habitación y confundida pensando que ya había amanecido y Melissa la estaba buscando porque quería pedirle que hiciera algo, se levantó para abrir la puerta.

— ¿Qué haces tú aquí? — Preguntó sorprendida al ver a Noah de pie en su puerta y este sin dar ninguna respuesta, rápidamente la empujó y entro a la habitación y tapó su boca antes de que ella consiguiera gritar.

Capítulo 3. ¿Estás esperando un hijo de otro hombre? 1

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