— ¿Cómo está? — Preguntó Victor al llegar al lugar corriendo, se veía totalmente desesperado, sus ojos estaban inyectados en sangre y llenos de dolor y arrepentimiento, no parecía el hombre meticuloso y frío que era normalmente. Incluso parecía tener miedo, miedo de lo que pudiera escuchar, miedo de perderla.
— Aun no lo sabemos, sigue en emergencias, lo siento, terminó así por ayudarme, el auto me iba a atropellar a mí, pero ella me empujó y terminó impactando contra ella, recibió el golpe por mí, de verdad lo lamento mucho. — Respondió Aria con sus ojos cristalizados, acercándose a él, sintiéndose totalmente culpable. Él le había pedido que acompañará a Maya a comprar un vestido hermoso porque iba a organizar una hermosa propuesta de matrimonio para ella y en lugar de regresar con un vestido, las cosas habían terminado así, lo lamentaba mucho y estaba muy preocupada por Maya.
Victor simplemente asintió y dirigió su mirada a la puerta de la sala de emergencias, en este momento se encontraba incapaz de decir nada más, tenía mucho miedo de perderla, el corazón le dolía de solo pensar en esta posibilidad y solo podía rogar a cualquier poder superior que Maya estuviera bien, que no le ocurriera nada malo, porque no podía ni quería vivir sin ella.
"Muñequita tienes que ser fuerte, después de todo lo que hemos pasado, no puedes dejarme, no ahora, así que no lo hagas, lucha por nosotros, por nuestros hijos que te esperan en casa, por favor mi cielo tienes que estar bien, yo no podría soportar perderte y nuestros pequeños sufrirán mucho si te vas." Pensó Victor con su corazón desgarrándose sin apartar su mirada de la luz roja de la sala de emergencias.
Los padres de ellos que también venían llegando y escucharon las palabras de Aria se congelaron, especialmente Hank, porque había estado juzgando a Maya y ahora ella había salvado a su hija, arriesgando su propia vida, nunca esperó algo así de ella, ya que creía que podría ser igual a Jerome, una persona despiadada que se ocultaba bajo una fachada.
— Aria. — Suspiró Elizabeth, sabiendo que en este momento era mejor ni siquiera acercarse a Víctor, él se veía demasiado preocupado y atemorizado, parecía haber envejecido diez años en solo un instante, así que lo mejor era no molestarlo.
— Mamá. — Susurró Aria y se acercó de inmediato a Elizabeth para abrazarla, dejando caer sus lágrimas, era claro que Victor no estaba bien en este momento y sabía que si la perdía, quizás nunca podría estarlo, tenía mucho miedo de que algo así sucediera y que fuera por su culpa.
— Ya pasó mi amor, ¿Tú estás bien? ¿No te paso nada? — Preguntó Elizabeth envolviéndola en sus brazos.
— Lo estoy, pero no sé cómo este Maya, había sangre mamá. — Respondió Aria entre lagrimas, en voz muy baja para que Victor no escuchara esto último, ella simplemente se había lastimado un poco al caer y tenía unos raspones en sus manos, pero nada más, en cambio Maya si se veía realmente mal.
— Cálmate mi amor, ella va a estar bien. — Dijo Elizabeth un poco dudosa, porque no sabía si de verdad esto podría ser así.
— Ella tiene que estar bien. — Dijo Hank acariciando el cabello de su hija para intentar calmarla. — ¿Ya hablaste con Lucien?
— No, él aún debe estar en el avión. — Respondió Aria, su esposo había tenido que irse de viaje a resolver un problema en una de sus empresas hoy en la mañana y no sabía si debía decirle sobre esto.
— Bueno entonces yo mismo mandaré a investigar si detrás de este accidente no había nada más. — Espetó Hank pensativo y Aria simplemente asintió.
Cuando los minutos se convirtieron en una hora, la desesperación de Victor fue creciendo, no podía creer que cuando se suponía que hoy sería un día perfecto, uno muy feliz para los dos, de los más felices de sus vidas, Maya terminará en una sala de emergencias y él esperándola totalmente aterrado.
Se sentía desolado de solo pensar en este hecho, había querido que todo fuese perfecto en su propuesta, pero ahora solo deseaba nunca haberle pedido a Aria que la llevará a comprar un vestido.
Ya no le importaba hacerle una gran propuesta, mientras ella pudiera estar bien.
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