— Muñequita. — Susurró Victor, detallándola con la mirada, dándose cuenta que ella seguía igual de hermosa, pero parecía haber madurado, no tenía la misma mirada inocente y juguetona y sobretodo ya no lo miraba como antes, sus ojitos no brillaban de la misma manera, no había ese anhelo que antes siempre tenían.
— No vuelvas a llamarme así y por favor vete de mi casa. — Exigió Maya tratando de mantener sus emociones bajo control, al ver a Víctor frente a ella nuevamente su corazón había dado un vuelco y comenzaba a latir desesperado, porque nunca lo había podido sacar de su mente ni de su corazón, pero también tenía mucho resentimiento hacía él, por todo lo que había tenido que sufrir después de su traición, lo odiaba con todo su corazón y al mismo tiempo lo amaba de igual manera.
— Siento mucho lo que pasó, solo quería verte y asegurarme de que estuvieras bien, me gustaría que pudiéramos hablar a solas. — Dijo Victor sin quitarle la mirada de encima, se daba cuenta que ella no parecía estar bien del todo y además no sabía si de verdad estaba casada, no había ningún otro hombre además de Jacob a la vista, claro que este podía estar en el trabajo o de viaje, pero por alguna razón empezaba a sentir que no había tal hombre. Ahora que lo pensaba le parecía muy raro que ella se casara con alguien más y su familia no le organizara una gran boda, él no había querido escudriñar en esto porque le dolía mucho solo pensar en que ella estuviera con alguien más, así que no había querido investigar sobre esto hasta ahora.
— Ella no va a hablar contigo a solas, vete ya. — Masculló Jacob y estaba por cerrarle la puerta en la cara, pero Victor metió su pie para impedírselo y forcejeando consiguió entrar a la casa.
— Esto es allanamiento de morada señor Myers, así que tendré que llamar a la policía. — Dijo Maya mirándolo incrédula, sabía que a Víctor nunca le importaron demasiado las reglas o leyes, siempre hacia lo que quería, pero no podía entender el porque él estaba aquí queriendo hablar con ella y siendo tan insistente como para incluso entrar a su casa por la fuerza después de tantos años.
“Dios mío, ¿Él no debería saber de nuestros hijos o si? Bueno si lo supiera debería estar furioso por ocultárselo tanto tiempo, así que no debe saberlo, pero, ¿Entonces por qué vino aquí y como se enteró de dónde estaba?” Se preguntó Maya, no entendía nada, porque si ella solo había sido un juego para Victor hace mucho que él debería haberse olvidado de su existencia.
— Vete ya. — Masculló Jacob furioso empujándolo, no quería a Víctor cerca de su hermana de nuevo, para ella había sido muy duro superarlo, así que no pensaba dejar que él le volviese a arruinar la vida. Sabía que él había estado intentando saber de ella desde hace tiempo, parecía haberse arrepentido, pero nunca le había comentado de esto a Maya y le había ocultado el hecho de que él la había querido buscar y que le había dicho una mentira, cuando hizo esto pensaba que era lo mejor.
— No te atrevas a hacer eso de nuevo. — Espetó Victor entrecerrando los ojos, tratando de mantenerse calmado y solo soportando este trato por Maya y porque sabía que se merecía que no lo trataran bien después de lastimarla.
— Si no quieres que lo haga, lárgate y no vuelvas a aparecer por aquí.
— Señor Myers por favor váyase, esta es una propiedad privada, no lo queremos aquí. — Intervino Maya tratando de calmarlos, no quería que ellos pelearán, porque a pesar de que Jacob había adquirido mucha fuerza con el pasar de los años, aún así no creía que pudiera vencer a Víctor y no deseaba que ninguno de los dos pudieran salir lastimados. Además le daba miedo que si escuchaban gritos los niños pudieran salir de la habitación, porque si eso sucedía sería mucho más complicado ocultárselos a Victor.
— Muñequita al menos regálame diez minutos, quiero hablar sobre algo contigo. — Insistió Victor con sus ojos desbordando amor y anhelo al verla. Había estado observando la casa disimuladamente y no había visto ninguna foto, por ningún lugar, eso era bastante extraño.
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