— No tienes que hacer estas cosas, en casa hay personas para limpiar, así que no debes esforzarte tanto. — Dijo Jacob atrayéndola hacía sí mismo para levantarla.
— No me molesta ayudar. — Musitó Mia sonriendo, sintiéndose un poco extraña por lo cerca que había quedado del cuerpo de él.
En ese instante la mirada de los dos se conectaron y ninguno se movió, se quedaron muy quietos, con sus corazones latiendo rápido y sin entender estos sentimientos que empezaban a atacarlos, pero no podían separarse, los alientos de los dos mezclándose y solo se necesitaba que uno de los dos se acercará un poco más para juntar sus labios en un beso.
— Disculpe señor, pero la familia de la señora esta en la puerta principal. — Anuncio Clarisa, interrumpiendo el momento y en ese momento fue que Jacob y Mia se alejaron para mirarla confundidos.
— Primero necesito que alguien limpie esto y luego hazlos pasar.— Espetó Jacob sin dejar de fruncir el ceño y Clarisa asintió antes de retirarse y luego se acercó otra de las empleadas a limpiar el desastre, limpiando rápidamente para luego retirarse.
— ¿Sabías que ellos vendrían? — cuestionó Mia con su corazón calmándose de inmediato, todos esos sentimientos que la estaban embargando al tenerlo cerca, después de saber que su familia estaba aquí fueron reemplazados por abatimiento, porque ella no los había extrañado en absoluto estos días sin ellos, incluso se había sentido aliviada de no tenerlos cerca.
— No, es una sorpresa para mí también. — Respondió Jacob tomando asiento y en ese momento se acercó Clarisa seguida de Elijah, Olivia y Brooke.
— Disculpa que viniéramos sin avisar, pero como ahora somos familia no creí que tendrían problema con eso y quería aprovechar el momento para ver a mi pequeña y hablar de algunos negocios. — Espetó Elijah con una sonrisa.
Mia frunció el ceño mucho más al escucharlo referirse a ella de esa manera, cuando ya no recuerda la última vez que él la había tratado con cariño.
— Por supuesto que no hay problema, son bienvenidos tomen asiento, ¿Desean tomar algo? — Preguntó Jacob, intentando ser amable, aunque está visita inesperada no le gustaba nada.
— Por ahora para mí no, me gustaría mejor si vamos a tu oficina es importante para mí que hablemos de unos asuntos antes. — Respondió Elijah y Jacob asintió. — Bueno entonces las mujeres se quedan aquí conversando y poniéndose al día, hija me alegra verte mucho. — dijo al pasar por el lado de Mia dedicándole una sonrisa falsa.
Ella simplemente se quedó en silencio y vio como los dos comenzaban a subir las escaleras.
— Mia, tu papá va a necesitar que hagas algo por él. — Susurró Olivia acercándose a ella como si fuera a abrazarla y Mia se estremeció, pero no se alejó.
— ¿De que se trata? — Preguntó confundida y en ese momento Olivia tomó su mano para darle en ella una especie de dispositivo USB o al menos eso creía que era Mia por la forma que tenía.
— Necesita que introduzcas esto en la computadora principal de Jacob, te va a aparecer una especie de barra cargando y solo cuando llegue a cien puedes retirarlo, debes hacerlo bien y él no se puede enterar de esto. — Explicó Olivia y Mia la miró con los ojos abiertos de par en par.
— No puedo hacer algo así. — Se negó de inmediato, devolviéndole lo le dió, como si esto le quemara, sabía que con esto ellos no debían tener buenas intenciones.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa Obligada Del CEO Paralítico