Esposa Pecadora romance Capítulo 1208

Los oficiales corrieron rápidamente al exterior para observar el motivo del sonido.

Madeline los siguió y vio que había un jarrón que se había hecho añicos en el campo debajo del dormitorio.

La ventana del balcón, que daba al suelo, estaba abierta. La cortina bailaba junto con el suave viento.

"Es muy posible que Jeremy haya saltado por la ventana para escapar. Chicos, ¡dense prisa y vayan a perseguirlo!", le ordenó el líder rápidamente a sus subordinados.

Madeline miró hacia el balcón. Ella creía que Jeremy tenía la habilidad y la capacidad de saltar. ‘Pero ¿rompería 'accidentalmente' el jarrón y dejaría que todos lo escucharan?’.

Mientras se quebraba la cabeza, una silueta familiar apareció en su visión periférica.

Sus ojos brillaron al encontrarse con el par de ojos profundos que le pertenecían a Jeremy.

El corazón de Madeline bombeaba con fuerza. Al ver que Jeremy salía por la entrada principal, se acercó rápidamente y bloqueó intencionadamente al oficial que dirigía la tropa. "Señor, creo sinceramente que mi marido nunca mataría a nadie. Creo que alguien más está detrás de esto".

"Puedo entender cómo se siente, Señora Whitman, pero solo nos fijamos en las pruebas".

"Pero de nuevo, las pruebas pueden ser falsificadas. Si no, ¿cómo acabé en la cárcel durante tres años cuando era inocente?".

"...".

El oficial se quedó sin palabras. Él también estuvo involucrado en el caso de Madeline en aquel entonces. Él no pudo responder y solo le recordó: "Señora Whitman, creo que usted es una persona que obedece la ley. Si el Señor Whitman se pone en contacto con usted, espero que nos lo comunique a primera hora. Después de todo, este es un caso de asesinato".

"También creo que tal vez la verdad se revele bastante tarde, pero aun así se revelará". Madeline creía esto firmemente.

Ella creía que el hombre que amaba nunca haría cosas que la defraudaran.

Después de que la policía se marchara, los reporteros de la entrada fueron ahuyentados por Karen también.

Madeline volvió a su dormitorio y se sentó en la esquina de su cama impotentemente.