Esposa Pecadora romance Capítulo 1263

Jeremy se levantó bruscamente del sofá. "¿Dónde está ella?".

"Acabo de descubrir que Ryan tiene un avión privado. ¡Él se subió al avión anoche y salió de Glendale!".

"¿Dónde se encuentra el lugar de aterrizaje de ese avión?", preguntó Jeremy con ansiedad.

"Por el momento, no lo sé". El hombre sacudió la cabeza, pero enseguida le dio esperanzas a Jeremy. "Sin embargo, el radar puede detectar que el avión sigue volando en estos momentos".

Los ojos sombríos de Jeremy se iluminaron poco a poco, la luz en ellos era evidente.

Él regresó a la Mansión Whitman para arreglar su apariencia y cambiarse de ropa a toda prisa.

Mientras salía, Jackson y Lillian lo siguieron.

"Papito, ¿aún no has encontrado a mamita?", preguntó Jackson inquietamente.

Jeremy se arrodilló. Acarició las caritas preciosas y bonitas que tenía delante, y les dedicó una sonrisa tan gentil como una brisa primaveral.

"Jack, cuida bien de tu hermana. Papito definitivamente traerá a mamita a casa".

Jackson asintió, pero sus pequeñas cejas estaban fuertemente fruncidas.

Jeremy podía ver que su hijo seguía preocupado por Madeline, y él también lo estaba.

Madeline ocupaba un lugar irremplazable en su corazón. Preferiría sangrar antes de verla herida de cualquier manera.

Mientras se preocupaba por la seguridad de Madeline, sus pensamientos empezaron a divagar. De repente, sintió que la pequeña niña jalaba la esquina de su ropa.

Lillian también fruncía el ceño. No hablaba, pero estiró sus pequeños brazos y abrazó a Jeremy. "Papito".

La niña volvió a llamarlo, y su dulce voz llenó el corazón de Jeremy. Se sentía tan suave y cálido.

"Mi querida Lily, papito va a traer a mamita a casa ahora. Ustedes dos deben ser obedientes, ¿está bien?".

Clac.

De repente, la puerta se abrió y Madeline se dio la vuelta atentamente. Entonces, vio a Ryan caminando lentamente hacia ella con una mano en el bolsillo.

Él estaba vestido con ropa casual. Además, parecía estar de buen humor y no parecía un fugitivo en lo absoluto.

"¿En dónde estamos?", preguntó Madeline directamente. No tenía ganas de andarse con rodeos con Ryan. "¿Qué quieres?".

A Ryan no le importó la actitud indiferente de Madeline, quien parecía sentir repulsión por él. Parecía haber recuperado su calidez inicial cuando separó los labios y dijo en tono gentil: "Deberías bañarte y comer algo. Te llevaré a reunirte con dos personas en dos días".

"No quiero reunirme con nadie, Ryan. Quiero ir a casa".

"Esta es tu casa, y tú eres mi esposa". Los ojos de Ryan de repente parecían dominantes. "Será mejor que recuerdes que estamos legalmente casados".

Después de decir eso, dos jóvenes y hermosas criadas entraron por la puerta.