Esposa Pecadora romance Capítulo 1333

Jeremy dejó a Madeline segura en el coche antes de salir a capturar a Ryan.

‘Solo después de estar lejos de Ryan, Linnie podrá dejar de estar asustada y recuperarse en un ambiente cómodo y relajado’, pensó Jeremy.

Madeline asomó la cabeza por la ventana y miró la espalda de Jeremy mientras este se alejaba. Había una vaga inquietud en sus hermosos ojos.

"Jeremy se ha vuelto a ir", murmuró ella con tristeza. Una pizca de melancolía y preocupación apareció de nuevo en su rostro.

Pensando en lo que Jeremy acababa de decirle, Madeline se sentó tranquilamente dentro del coche.

Sin embargo, su corazón latía con fuerza. La aparición de Ryan antes la había sobresaltado.

Por otra parte, Ryan había estado vigilando a Madeline y a Jeremy. Los siguió el mismo día que volaron de vuelta a Glendale.

Sabía que la policía y el OIPC lo estaban buscando, pero no se dejaría atrapar hasta conseguir su objetivo.

Tras escabullirse, Ryan se escondió en un callejón.

La herida que se hizo aquel día seguía inflamada, lo que lo hacía sentirse un poco mal.

Quería volver a casa, pero leyó algunas noticias en Internet y supo que había periodistas cerca. La policía también lo estaba esperando.

No podía ir a casa ni ponerse en contacto con sus padres.

Ryan enarcó sus largas cejas y se apoyó cansado en la pared con los ojos llenos de fuerte malestar.

‘Jeremy, de ninguna manera voy a dejar que Eveline vuelva contigo y se reúna con tu familia tan felizmente’.

Su tono era sarcástico, y su sonrisa algo arrogante.

"Jeremy, ¿sabes que he estado atormentando a la mujer que amas hasta el punto de volverla loca?".

Aunque Jeremy sabía que Ryan solo lo decía para provocarlo, no pudo evitar morder el anzuelo.

Apretó uno a uno sus largos dedos, y las venas azules del dorso de su mano se abultaron. Sus finos labios de flor de melocotón estaban fruncidos en un arco duro y frío, y sus ojos brillaban con amargura.

Mientras caminaba hacia Ryan, este siguió provocándolo.

"La encerré en una habitación todos los días. La obligaba a ponerse inyecciones y a comer. También la obligaba a obedecerme y a ser mía. Sin embargo, era tan terca que no me hacía caso. Por lo tanto, no tuve más opción que adoptar un enfoque más extremo para limar sus asperezas. Al final, lo conseguí".

"Jeremy, la mujer que más amas, no es diferente de un idiota ahora. ¡Pasará sus días con pavor porque no voy a dejar que me captures tan fácilmente!".