Madeline sintió que su cuerpo se volvía frío, como si hubiera caído en un abismo helado y su cuerpo estuviera envuelto en él.
Ella sintió que la sombra de un brazo pasaba por encima de su cabeza. Entonces el hombre que estaba detrás de ella le acercó el libro.
"Sujétalo", dijo el hombre una vez más.
Los latidos del corazón de Madeline se volvieron erráticos mientras se giraba rápidamente al escuchar la voz.
Cuando levantó la vista, se encontró con un par de ojos sospechosos pero oscuros.
Las emociones de Madeline, que se habían tranquilizado después de tanto esfuerzo, estaban de nuevo al borde de perder el control.
"Ryan".
Sus labios se movieron mientras escupía la palabra.
Ryan levantó la mano y se ajustó la gorra para cubrir su par de ojos profundos. Sus pálidos labios estaban ligeramente fruncidos.
"Pensé que te habrías olvidado de mí", dijo él en un tono que sonaba casi coqueto.
Al ver la expresión llena de ansiedad de Madeline, levantó las manos e intentó tocarle la cara, pero Madeline la esquivó.
Ella quería escapar, pero Ryan le impedía el paso.
"¿Qué quieres? Tú... ¿Qué más quieres?", preguntó Madeline, incapaz de hablar correctamente. El miedo se agolpaba en sus ojos.
"Ya lo he dicho antes. Mientras me obedezcas, no dejaré que te metas en problemas. Sin embargo, Eveline, sigues sin hacerme caso".
"Linnie".
Después de que Ryan terminara de hablar, escucharon la voz de Jeremy viniendo de las filas de estanterías de adelante.
Ryan también escuchó los pasos de Jeremy que se acercaban lentamente a ellos. Él sabía que no le quedaba mucho tiempo.
"Eveline, sígueme si no quieres que les pase nada a tus padres", la amenazó Ryan con una voz grave. Al notar que Madeline seguía confundida sobre su situación, él aprovechó la oportunidad para confundir sus emociones.
"Este hombre no es Jeremy. Te ha engañado".
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