Esposa Pecadora romance Capítulo 1515

Después de escuchar eso, Madeline ya no se sintió dolida ni triste.

Todo el dolor que tenía había sido curado por ese hombre en ese momento.

Cuando estaba a punto de llorar, Jeremy extendió sus brazos y la atrajo hacia su abrazo.

"Linnie, deja de pensar en exceso. Solo te tengo a ti en mi vida y eres la única mujer que amo". La cálida promesa del hombre resonó junto al oído de ella.

Madeline asintió con lágrimas en los ojos. Su voz tembló al decir: "Lo sé".

Ella lo sabía. Siempre supo que él la amaba, desde el principio hasta la fecha.

Después del abrazo, Jeremy se inclinó y le dio un suave beso en los labios a Madeline.

Sin embargo, después de este beso, Madeline se sintió como si fuera Cenicienta después de que el reloj marcara las 12. Era hora de irse.

Casualmente, sonó el teléfono de Jeremy.

Él contestó el teléfono y dijo después de escuchar un rato: "Dile a Lily que voy a casa ahora. Dile que deje de llorar".

'¿Está llorando Lily?'.

Madeline empezó a sentirse preocupada. No sabía por qué su hija estaba llorando.

Jeremy colgó el teléfono y Madeline lo agarró de inmediato para regresar. "¿Por qué está llorando Lily? Vayamos a casa ahora".

Ella dijo desesperadamente, olvidando por completo que los fuegos artificiales habían terminado hacía tiempo...

En el camino de vuelta, Madeline no dijo nada. Lo único en su mente era Lillian.

Cuando regresaron a casa, Madeline se apresuró a entrar en la casa después de salir del coche.

Cuando estaba en la puerta, se acordó de repente de algo.

Le habían robado la identidad y ya había otra Eveline dentro.

"Sí, lo hice. La golpeé cuando nadie estaba prestando atención. Ella es muda, de todos modos, así que no tiene la habilidad de delatarme".

El fuego en el corazón de Madeline comenzó a rugir después de escuchar la respuesta de Naomi.

Madeline no dijo nada antes de darle una fuerte bofetada a Naomi en la cara.

¡Paf!

"¡Ah!".

Naomi no esperó que Madeline fuera tan decisiva y rápida, así que no tuvo la oportunidad de esquivar. Al final, ella recibió la bofetada con firmeza.

"¿Cómo te atreves a abofetearme?", gruñó Naomi en voz baja.

"Naomi, ¿realmente crees que no te expondré? ¿Realmente crees que puedes hacer lo que quieras? Te lo advierto, puedes meterte conmigo, ¡pero nadie puede tocar a mis hijos!".