Esposa Pecadora romance Capítulo 1550

'Sin embargo, está bien salvar a la gente, ¿no?'.

Cathy pareció haber encontrado una razón razonable para sí misma, por lo que quiso darse la vuelta y marcharse.

Sin embargo, tan pronto como se levantó, sus ojos se detuvieron de repente en la muñeca derecha de Felipe.

Ella no pudo evitar extender su mano y sujetó lentamente el brazo de Felipe. Miró la cuerda roja que rodeaba su muñeca y, de repente, una ola brotó bajo sus claras pupilas y vio a un apuesto joven acompañado por el susurro de la brisa marina.

"Amy".

La voz de Adam sonó de repente detrás de sus oídos, y Cathy salió bruscamente de sus pensamientos errantes.

Adam vio a Felipe durmiendo en el sillón reclinable con un solo vistazo. Cuando vio el rastro de sangre en el suelo, se dirigió a Cathy con asombro.

"¿Qué está pasando? ¿Cómo se ha herido tanto?".

"No sé qué ha pasado. Parece que unos cuantos hombres lo estaban persiguiendo y, casualmente, se desplomó frente a nuestra casa, así que lo arrastré dentro", explicó Cathy. Al ver el ceño fruncido en la cara de Adam, ella se disculpó con voz suave. "Adam, ¿hice algo malo?".

Adam captó que Cathy pensaba que él la estaba culpando, así que alzó la mano y sujetó suavemente el hombro de Cathy.

"Hiciste algo bueno. No importa quién sea, no podemos dejarlos morir así".

Al escuchar la respuesta de Adam, Cathy frunció los labios y sonrió. El peso en su corazón pareció desaparecer de golpe.

"Ve a vigilar a los niños. Yo revisaré si tiene algún otro problema".

"Oh, está bien". Cathy asintió. Se sentía más tranquila de esta manera.

Adam era un médico muy profesional y excelente, y los pacientes que eran atendidos por él podían considerarse afortunados.

Después de que Cathy se marchara, la amable sonrisa en el rostro de Adam fue desapareciendo. Se puso una bata blanca y un par de guantes de goma.

Cuando se dirigió a la silla reclinable y miró al hombre ceñudo, la expresión de Adam se volvió solemne.

"Cathy".

Después de salir del coche, corrió a toda prisa para pasar por las puertas de hierro bajo la lluvia. Sin embargo, a los pocos pasos, un paraguas apareció de repente sobre su cabeza.

Madeline se detuvo y levantó la cabeza bruscamente.

Sus brillantes y hermosos ojos, que parecían estrellas, se encontraron con un par de amables ojos almendrados que no tenían fondo, como el océano.

'¡Jeremy!'.

Madeline gritó el nombre de Jeremy para sus adentros. Mientras miraba al hombre que seguía siendo elegante y tranquilo, las preocupaciones y anhelos de su corazón desaparecieron lentamente.

"Señor Whitman, gracias", le dio las gracias Madeline con una sonrisa. Ella tenía ganas de quitarse la máscara porque su cara ya estaba casi recuperada, pero su voz seguía siendo muy desagradable.

Jeremy levantó la comisura de los labios y miró fijamente a los ojos de Madeline. Solo entonces separó sus labios y dijo suavemente: "Señorita Quinn, tengo una pregunta que he querido hacerle todo este tiempo que nos hemos conocido".

Madeline abrió los ojos confundida. "¿Qué es lo que desea preguntarme, Señor Whitman?".