Esposa Pecadora romance Capítulo 1604

Mientras decía eso, él se quitó la corbata de repente para atar las manos de Madeline.

"¿Qué estás haciendo? Jeremy, ¿qué pretendes hacer?".

"Linnie, no tengas miedo. No voy a hacer nada que te haga daño. Solo quiero llevarte a casa".

"Ya no tengo un hogar contigo. Jeremy, tú...".

Madeline lo rechazaba fuertemente, pero al final, no pudo ganar contra la fuerza de Jeremy.

Él utilizó su corbata para atar las dos manos de Madeline con el fin de evitar que ella siguiera resistiéndose.

Aunque lo hizo, Jeremy era reacio a atarla muy fuerte porque no quería lastimarla.

"Linnie, te llevaré a casa ahora mismo. Créeme, lo que más deseas en lo más profundo de tu corazón es regresar conmigo". Jeremy miró fijamente a Madeline.

Sin embargo, Madeline lo miraba con ojos llenos de ira.

"Cart nunca te perdonará".

"Deja que venga a mí, entonces. Quiero ver qué hará para quitarme a mi mujer otra vez".

"...".

Madeline apretó sus labios rosados y no dijo nada más.

Dentro del salón, Carter había estado esperando a que Madeline regresara. Sin embargo, después de mucho tiempo, Madeline aún no había regresado.

De repente, se acordó del mensaje que su gente le había enviado unos momentos atrás en el que le decían que Jeremy estaba en el lugar.

Carter finalmente pensó en una posibilidad.

"Linnie, ¿todavía recuerdas este lugar?". Jeremy miró la casa que tenía delante.

Madeline la miró fríamente. Ella tenía una impresión de la casa y su memoria le decía que ya había vivido en ese lugar con Jeremy.

Sin embargo, otra voz en su cerebro le decía que ella ya se había divorciado de Jeremy. En ese momento, su marido era Carter.

"¿Y qué si sí?", preguntó Madeline fríamente. "También recuerdo cómo me humillaste y cómo me agarraste la mano para obligarme a firmar los papeles del divorcio en aquel entonces".

"...". Jeremy sintió un dolor agudo e intenso en su corazón. Él también se había sentido horrible cuando hizo eso. Sin embargo, era como si hubiera perdido la cabeza y estuviera cegado por algo. No podía ver la verdad en absoluto.

"Linnie, lo siento".

"¿Qué puedo hacer con tus disculpas?", se burló Madeline. Ella levantó sus manos que habían sido atadas. "Jeremy, libérame ahora. Quiero regresar a casa". Jeremy enarcó sus largas cejas y miró las manos extendidas de Madeline. Suspiró con impotencia y, de repente, levantó sus ojos dominantes y hermosos.

Él alzó la mano y agarró la corbata que rodeaba las manos de Madeline antes de llevarla hacia adentro.