Esposa Pecadora romance Capítulo 1631

Carter entró lentamente. Él pudo adivinar vagamente que algo había sucedido gracias a la expresión de molestia de Camille.

"Carter, todavía tienes la oportunidad de actuar, ya que esos familiares y amigos no están aquí todavía". Camille intentó persuadir a su hijo con severidad y volvió a mirar a Madeline. "¿Cómo puedes casarte con una mujer que ya está casada? Tienes que terminar con este matrimonio ahora mismo".

"No voy a terminar con este matrimonio". La respuesta de Carter fue directa.

Camille se quedó atónita por un momento, y su cara estaba llena de incredulidad. "Carter, ¿estás loco? Jeremy y ella siguen siendo marido y mujer".

"¿Y qué?", preguntó Carter con indiferencia, encontrándose con la mirada resistente de Madeline. De repente, sonrió. "Solo sé que mi certificado de matrimonio con Eveline ya entró en vigor, y mi matrimonio con ella está protegido por la ley matrimonial de San Piaf".

"...".

Camille se quedó sin palabras por un momento.

Carter sonrió ligeramente y miró a Madeline con una expresión fría. "Prepárate, la ceremonia de la boda comenzará pronto".

"¡Carter!". Camille quiso persuadirlo de nuevo, pero Madeline pudo ver que ese hombre estaba decidido.

Madeline no quiso gastar más su aliento y no se molestó en lidiar con él.

Ella levantó sin miedo su mirada aguda y penetrante. Había una luz orgullosa y fría que salía de su mirada.

"Carter, ya que eres tan persistente en esto, entonces me quedaré contigo hasta el final. Sin embargo, puedo prometerte que te arrepentirás".

Al escuchar esto, Carter no pudo evitar soltar una carcajada.

"¿Me arrepentiré? Mmm... De repente, quiero saber cómo harás que me arrepienta".

Madeline respondió con una sonrisa tranquila y segura: "Lo sabrás pronto".

"Entonces esperaré y veré". Carter se rio de forma despreocupada antes de darse la vuelta.

¿Cómo podría su Linnie ser la esposa de otro?

¡Jamás!

Para la ceremonia de la boda de ese día, Carter ya había planeado todo hasta el más mínimo detalle.

Era el vizconde de la familia real de San Piaf, así que era lógico que la ceremonia de la boda atrajera mucha gente.

Al mismo tiempo, Madeline se había convertido en un tema candente entre los ciudadanos.

Todos querían ver el elegante aspecto de Madeline, y también querían saber cómo era la futura vizcondesa.

En el dormitorio, Madeline podía escuchar todo tipo de risas y felicitaciones que venían de afuera.