Esposa Pecadora romance Capítulo 1731

Jeremy cedió de repente.

Madeline se giró rápidamente y miró la firme expresión de Jeremy, aunque no le pareció inesperado. Él cedió únicamente por la preocupación que sentía por ella.

La comisura de los labios de Carter se levantó ante estas palabras. Esta era la respuesta que él quería.

“Carter, expón tus condiciones”, pidió Jeremy, sin mostrar mucha paciencia por Carter.

Carter no se anduvo con rodeos. “Deja ir a Shirley”, dijo sin rodeos.

Madeline había pensado que la demanda de Carter sería algo muy difícil o poco razonable. Sin embargo, no había esperado que la única estipulación de Carter fuera la liberación de Shirley.

A Jeremy también le pareció dudoso. Si esa era la única condición, ¿por qué no iba a cumplirla?

Después de todo, su principal objetivo al secuestrar a Shirley era intercambiarla por el reactivo antitoxinas.

“Puedo dejarla ir, pero primero tengo que ver el reactivo antitoxina. Ella misma me ha dicho que no hay ningún producto terminado, así que me gustaría verificar que estás diciendo la verdad y que realmente hay un reactivo antitoxinas”, preguntó Jeremy con cuidado, sondeando.

No podía permitirse más contratiempos. La seguridad de Madeline dependía de esto.

Comprendiendo las preocupaciones de Jeremy, Carter se giró lentamente y se dirigió hacia una mini nevera. Una vez Carter introdujo un código de acceso en la nevera, la puerta se abrió.

Madeline y Jeremy compartieron una mirada y luego vieron que Carter sacaba de la nevera un frasco de reactivo antitoxinas transparente.

Tenía el mismo aspecto que el reactivo antitoxinas que Shirley les había dado entonces.

“No está mintiendo. No hay un producto completo que pueda curarte por completo. Este es solo un producto a medias. Puedes usarlo para aliviar tus síntomas para el próximo recrudecimiento”.

Solo era un producto medio completo.

La decepción apareció en los ojos de Jeremy, pero era mejor que nada.

Jeremy miró por el espejo retrovisor, echando un vistazo al coche que les seguía de cerca mientras su expresión se volvía más sombría.

Madeline estaba sumida en sus pensamientos cuando escuchó a Jeremy hablar de repente.

“Ya sabías lo que iba a pasar. ¿Por qué no me lo dijiste?”.

Madeline comprendió rápidamente lo que el hombre quería decir. Desvió la mirada de la nieve que caía por la ventana hacia Jeremy, quien tenía una expresión fría en el rostro.

“No tengo miedo", dijo Madeline en voz baja: "No hay nada que no pueda manejar”.

“Linnie, no se trata de si puedes manejarla o no, es...”.

“Lo entiendo. Lo entiendo”. Madeline miró seriamente al agitado hombre y suavizó su tono. “Jeremy, en serio lo entiendo”.