Esposa Pecadora romance Capítulo 1753

Cathy y Adam miraron la fuente del sonido y se sorprendieron por lo que vieron.

Shirley se había caído de la cama una vez más y era obvio que lo hizo a propósito.

Ella no podía caminar, por lo que solo podía gatear. En ese momento estaba gateando hacia el balcón.

Cuando Adam vio esto, estaría mintiendo si dijera que no estaba triste.

Era su hermana, por lo que no podía ignorarla.

Él caminó hacia Shirley, quien estaba arrastrando la mitad inferior de su cuerpo para arrastrarse hacia adelante, y extendió la mano para tirar de ella.

“Shirley, ¿qué estás haciendo? ¿Estás loca?", la reprendió Adam con enfado. Sus gritos emocionales y enojados solo reflejaban lo preocupado que estaba por ella.

Sin embargo, Shirley no lo escuchó. Ella apartó con fuerza la mano de Adam y lo miró fijamente con ojos que se habían puesto rojos sin que ella lo supiera.

"¡Déjame ir! Adam, ¿eres tan ingenuo como para pensar que estaba diciendo la verdad hace un momento? No me he reconciliado contigo ni creo que este lugar sea mi hogar. Además, ¡nunca pensé en ti como mi hermano! ¡Déjame ir inmediatamente!".

Cuando Adam escuchó esto, miró a la emotiva y llorosa Shirley con decepción en sus ojos.

“¿Te gusta tanto ese hombre? Te gusta tanto que puedes deshacerte de tu dignidad y respeto por ti misma, ¿eh? ¡De acuerdo, vete! ¡Arrástrate hacia él como la buena para nada que eres!".

Adam apretó los puños y, bajo la intensa provocación de Shirley, la soltó.

Shirley volvió a caer al suelo duro y frío. Cathy no esperaba que Adam realmente le soltara la mano. Cuando quiso ayudar a Shirley a levantarse, ya era demasiado tarde.

Shirley, quien se había caído al suelo, frunció el ceño de dolor, pero no emitió ningún sonido. Continuó arrastrándose hasta el balcón.

Sus hermosos y encantadores ojos se llenaron de lágrimas brillantes.

Sin embargo, ¿cómo podía igualar la velocidad de marcha de Carter cuando ella se estaba arrastrando?

Antes de que Shirley pudiera arrastrarse hasta el balcón, escuchó el familiar sonido del motor en la planta baja.

Ella sabía que ese era el sonido de Carter yéndose en su coche.

Era raro que Camille le hablara a Carter de una manera tan solemne.

"Esta es la última vez", prometió Carter. "De ahora en adelante, no iré a verla de nuevo".

"Bien". Camille estaba satisfecha. Luego dijo seriamente: “Carter, sé que eres excepcional y tienes sueños y aspiraciones. El futuro y la prosperidad de la realeza de San Piaf dependen de ti".

Cuando Carter escuchó esto, las dudas aparecieron en su rostro.

Camille rara vez le hablaba sobre esto. Ella incluso había mencionado anteriormente que no quería que su hijo participara en la pelea entre la realeza. Sin embargo, ella estaba tomando la iniciativa de sacar el tema en ese momento.

Debe haber una razón para esto.

“Carter, he encontrado una candidata adecuada para ser tu vizcondesa. No solo conoces a esta persona, sino que también la conoces muy bien”.

"Espero que tu boda transcurra sin problemas esta vez".

Mientras Camille decía eso, le hizo un gesto al mayordomo para que le entregara la tableta a Carter.