Esposa Pecadora romance Capítulo 1760

Era el aeropuerto Glendale.

Según las palabras de Fabián antes, Jeremy tenía la sensación de que Fabián podría irse de Glendale con Lillian.

Como lo predijo, después de verificar el vuelo, descubrió que Fabián se había subido a un avión fletado que volaba de Glendale al País F.

El avión acababa de despegar cinco minutos antes.

Era imposible detener un avión, por lo que Jeremy solo pudo reservar el próximo boleto de avión al País F inmediatamente. Mientras tanto, también se puso en contacto con sus colegas de la Interpol con la esperanza de que detuvieran a Fabián en el aeropuerto.

Una vez que Madeline se enteró de esto, quiso ir a País F con Jeremy.

Jeremy sabía que no podía decirle que no a Madeline, así que esperaron juntos su vuelo en el aeropuerto.

El vuelo más cercano era en tres horas. No podían hacer mucho más aparte de esperar.

Sin embargo, dos horas después, Jeremy recibió una llamada de su colega de la Interpol en el País F. La persona le dijo que el avión fletado con el nombre de Fabián acababa de aterrizar en el País F, pero Fabián no estaba en el avión.

¡Él no tomó ese avión al País F!

¡Eso fue solo una treta!

Madeline y Jeremy no sabían qué hacer de repente. No esperaban que Fabián les tendiera esta trampa.

En los días siguientes, Jeremy hizo todo lo posible para buscar el paradero de Fabián, pero Fabián estaba muy bien escondido. No dejó ni un solo rastro atrás.

El invierno eventualmente fue reemplazado por la primavera, pero aún no había rastro de Fabián y Lillian.

Durante una tarde tranquila, Madeline observó a su hijo menor que estaba aprendiendo a caminar. Debería sentirse feliz, pero cuando recordó que su princesita aún estaba desaparecida, sintió como si le faltara un pedazo de su corazón, dejándola incompleta.

"¿Por qué estás mirando al vacío aquí, Eveline?". Eloise apareció de repente detrás de Madeline.

Madeline volvió en sí y miró a su madre que no se había recuperado. Entonces sintió otra oleada de dolor.

Madeline quedó momentáneamente sin palabras. Sus ojos ya estaban rojos.

Sí, ella era la madre de Lillian.

Había perdido a su hija y, como madre, era difícil que se le librara de culpa.

Al ver a Madeline llorar, Eloise frunció sus delgadas cejas y su corazón de repente comenzó a sentirse pesado. "¿Por qué estás llorando? Toma, un pañuelo para ti".

Cuando vio el pañuelo que Eloise le entregó, Madeline perdió aún más el control y las lágrimas salieron de sus ojos.

“He fracasado como madre”, se culpó a sí misma. “En ese entonces, no conseguí cuidar a Jack adecuadamente, lo que hizo que sufriera mucho cuando era tan pequeño. Ahora es el turno de Lily. Alguien la secuestró ante mis ojos, pero no pude detenerlo a tiempo".

Madeline agarró la mano de Eloise mientras hablaba, perdiendo el control de sus emociones.

“Mamá, dime. ¿Qué diablos tengo que hacer para convertirme en una madre aceptable y decente?".