Esposa Pecadora romance Capítulo 1782

Él levantó los ojos y se asomó. No vio a Madeline, pero vio a Evan sentado frente a él.

"¿Cuándo te sentaste aquí?". Fabián parecía confundido.

Evan empujó sus gafas retro con montura dorada y se reclinó perezosamente en el sofá.

“Me senté cuando estabas mirando con anhelo a esa dama irse. ¿Qué pasa? ¿Te gustan las mujeres mayores?”.

Después de escuchar esta explicación, las cejas de Fabián se juntaron. Él dijo rotundamente: "Ella es la madre de Lily".

Hubo un ligero cambio en los ojos de Evan al escuchar eso. Luego miró en la dirección donde se había ido Madeline.

"¿Ella es Eveline?". Fabián asintió levemente.

Evan contempló pensativamente. “Ella en serio es especial. Casi me choqué con ella hace un momento y, a pesar de la distancia, aún así pude oler la fragancia en ella. Una perfumista. Es definitivamente especial".

Cuando Fabián escuchó eso, frunció aún más el ceño y su expresión se volvió aún más sombría.

Una hermosa camarera le llevó el café a Evan con una sonrisa. Él tomó un sorbo elegantemente y continuó: “Escuché lo que dijo antes de irse. Ella está preocupada por el estado físico de su hija. ¿No le dijiste sobre la condición de Lily?”.

Fabián miró el latte de té negro, que quedó intacto y todavía estaba humeante, y luego soltó una risita.

"No hay necesidad de que ella lo sepa".

“Pf. 'No hay necesidad'”, dijo Evan, sonriendo mientras repetía esas tres palabras. “Le has salvado la vida a su hija y estás diciendo 'no hay necesidad'. ¿Cuándo se volvió tan generoso, señor Johnson?”.

Incluso cuando se estaba burlando, la expresión de su rostro parecía más seria.

“Tengo curiosidad, en realidad. En ese entonces, ¿no me dijiste que dejara de preocuparme por la niñita? Me pediste que dejara que su enfermedad siguiera su curso. También me dijiste que no era necesario encontrar una médula ósea adecuada para ella”.

“¿Por qué de repente cambiaste de opinión entonces? ¿Es posible que esté imitando a esa mujer con palabras vacías, señor Johnson?”.

"Vete".

Fabián dijo y se dio la vuelta para irse.

Evan miró a Lillian, quien estaba profundamente dormida sosteniendo su muñeca. Él sonrió con complicidad antes de darse la vuelta.

En el estudio.

Evan se sentó en el sofá, luego colocó sus largas piernas sobre la mesa de centro como si fuera su casa.

“Fabián, ¿hay alguna relación entre tú y la niñita? ¿No odias a sus padres? ¿Por qué la salvaste entonces?”.

Fabián tomó un caramelo del tarro de caramelos que estaba sobre el escritorio. Lo abrió delicadamente y luego se lo metió en la boca.

"¿De verdad quieres saberlo?".