Esposa Pecadora romance Capítulo 1802

Evan miró la espalda de Jeremy cuando este se marchó a toda prisa, y se sintió desconcertado. “Fab, ¿qué le inyectó Jeremy antes? ¿Por qué parece más eficaz que un sedante? ¿Podría Eveline recuperarse con esta única inyección?”.

Fabian le echó un vistazo a la silueta de Jeremy mientras este se alejaba y luego frunció el ceño. “¿Recuperarse? Si es algo como lo de la última vez, no creo que sea tan fácil recuperarse del todo”.

“¿Algo como lo de la última vez?”. Esto volvió a despertar la curiosidad de Evan.

Sin embargo, Fabián no se atrevió a continuar. Ya no quería mencionar la cosa desagradable que había hecho Lana en el pasado.

Jeremy se había apresurado a llegar al hospital la noche anterior sin descansar. Actualmente, había alquilado una habitación en un hotel cercano.

Cuando estaba alquilando la habitación, la señora de atención al cliente, al ver a Madeline inconsciente en las manos de Jeremy, había pensado que Jeremy tenía malas intenciones hacia Madeline hasta que Jeremy presentó una foto del certificado de matrimonio de él y Madeline. La señora de atención al cliente procedió entonces al alquiler.

Jeremy llevó a Madeline a la habitación y se quedó a su lado.

Él todavía se sentía perturbado. No estaba seguro de que Madeline fuera a recuperarse una vez que se despertara.

En un par de ocasiones anteriores, Madeline nunca se había desmayado después de la inyección, pero esta vez, había quedado inconsciente.

“Linnie, espero que ya no me odies una vez que te despiertes”.

Jeremy tomó la mano de Madeline y la besó suavemente. Miró a Madeline con los ojos llenos de inquietud e inseguridad.

Él estaba realmente aterrorizado por la fría mirada de Madeline hacia él. La mirada de ella hizo que Jeremy sintiera que su presencia no era importante. Su mirada era tan dolorosa como un cuchillo que le perforaba el corazón.

Jeremy no esperaba que el veneno fuera tan aterrador.

No solo atormentaba el cuerpo de uno, sino también sus emociones y su alma.

...

En Glendale.

Shirley estaba sentada en una silla de ruedas frente al tocador.

Al escuchar las palabras de autocondena de Shirley, Cathy dijo con calma: “¿Has olvidado que una vez me desfiguraron en el pasado? Alguien también me cortó la cara con un cuchillo. Además, no fue solo una vez, sino dos, tres e incluso más...”.

“Aquella vez, yo también me sentí desesperada, pero poco a poco comprendí algo. No hay nada más valioso que estar vivo”.

“¿Sabes lo que significa estar vivo?”, le preguntó Cathy a Shirley y luego respondió: “No es solo la vida, es también una oportunidad. Mientras sigamos viviendo, habrá esperanza, pero espero que puedas reflexionar sobre ti misma y dejar de fabricar esos dañinos reactivos antitoxinas”.

Shirley escuchó en silencio a Cathy y luego la miró con insatisfacción. “¿Me estás dando un sermón?”.

“No tengo tiempo para sermonearte. Simplemente no entiendo por qué siempre eres hostil con los demás. Tienes razón, si no fuera por Adam, de verdad que ni siquiera me preocuparía por ti”.

Cathy limpió el tocador y se dio la vuelta después de hablar.

Shirley, al notar que Cathy se iba, se preocupó de inmediato. “No te vayas. Jordan, por favor, ¡no te vayas!”.

Ella empujó rápidamente su silla de ruedas con la intención de tirar de Cathy, pero Shirley no lo consiguió y, por ejercer demasiada fuerza, cayó al suelo.