Esposa Pecadora romance Capítulo 1823

Carter entrecerró los ojos y aflojó involuntariamente su agarre en la nuca de Shirley.

Estaba aturdido por la indiferencia de la mujer.

Esto no estaba bien.

Shirley nunca se comportaría así en el pasado.

En ese momento, la forma en que lo miraba y la forma en que hablaba eran las de los enemigos: frías y hostiles.

“Ja”. Carter se rio suavemente y soltó el cuello de Shirley.

“¿Quieres la fórmula del reactivo antitoxinas para el AXT69? Nunca te la daré”, rechazó Carter con una risa fría.

Había pensado que su respuesta podría asustar e inquietar a Shirley. No había esperado que, en cambio, Shirley se mostrara anormalmente tranquila.

“Ya que no estás interesado en este trato, hagamos como si no hubiera venido hoy”. Shirley giró su silla de ruedas tan pronto terminó de hablar.

Cuando Carter vio esto, extendió la mano y agarró la muñeca de Shirley.

Shirley, cuya silla de ruedas se estaba moviendo hacia delante cuando Carter tiró de ella hacia atrás, se cayó al instante de la silla de ruedas.

Sus piernas, que no podían sostenerla en absoluto, hicieron que no pudiera evitar caer al suelo.

Carter se quedó congelado ante el inesperado giro de los acontecimientos.

Él no había tenido la intención de tirarla de la silla de ruedas. Nunca se imaginó que ella no pudiera ni siquiera levantarse con sus propias piernas.

Estupefacto, miró a Shirley, quien luchaba por levantarse del suelo, y sintió como si hubiera agujas pinchando su corazón.

Shirley, al darse cuenta de que Carter estaba aturdido, liberó rápidamente su muñeca del agarre del hombre, se agarró al borde de la mesa y trató de levantarse con todas sus fuerzas.

Quizás estaba distraída mentalmente, pero no pudo ponerse de pie a pesar de todos sus esfuerzos.

Por supuesto, ¿cómo iba a levantarse? Sus piernas se habían vuelto inútiles.

“Realmente me has abierto los ojos, Shirley”, replicó Carter con sarcasmo. “Teniendo en cuenta que estás embarazada, ni se te ocurra encargarte del bebé tú sola. No te daré la oportunidad”.

Carter alargó la mano y levantó la barbilla de Shirley, y sus ojos llenos de frialdad se entrecerraron.

“Ahora que estás aquí y que has compartido conmigo una noticia tan maravillosa, ni siquiera pienses en irte”.

“Carter, no estoy segura de que hayas entendido del todo la situación”.

“...”.

“Escucha cuidadosamente. El veneno en mi cuerpo ha alcanzado la tercera etapa. Si el reactivo antitoxinas no se desarrolla pronto, esta pequeña cosa será la primera en ser afectada por el veneno”.

“...”.

Esta pequeña cosa.