Esposa Pecadora romance Capítulo 1896

Con gran esfuerzo, Shirley levantó la mano y agarró el cortaúñas de la mesa de noche.

'Addy, mamá, papá, Cathy y mi hijo no nacido, voy con ustedes a arrepentirme de mis pecados. Por favor, espérenme...'.

Shirley pensó en su corazón y colocó el cortaúñas en su muñeca. Cerró los ojos y se dispuso a morir.

Sin embargo, cuando estaba a punto de pasar el cortaúñas por su muñeca, la puerta de la habitación se abrió de un empujón.

Shirley abrió los ojos y, a través de sus ojos aturdidos y llorosos, vio el rostro con expresión sombría y gélida de Carter.

Cuando vio a Carter acercándose, Shirley apretó su agarre alrededor del cortaúñas. Sus ojos tenían una mirada de molestia y repulsión.

"Carter, ¿por qué sigues atormentándome?". Una expresión de disgusto apareció en el rostro de Shirley.

Todo el amor que ella había sentido alguna vez por Carter se había convertido en odio.

Carter, con una expresión fría, se dirigió hacia el lado de la cama.

Carter se alzaba sobre ella y, como un monarca que domina su tierra, miraba a Shirley desde arriba.

"Shirley, ahora tengo todo un nuevo nivel de respeto por ti", dijo Carter, sus palabras llenas de implicación. Luego levantó la mano y arrojó el cuaderno de Shirley junto a ella.

Shirley no entendió lo que él quiso decir, pero reconoció su cuaderno.

Carter separó sus delgados labios y preguntó: "¿Recuerdas qué es esto?".

Su tono y su mirada eran frígidos. Parecía que estaba intentando reprimir su rabia explosiva.

Por supuesto, Shirley no lo había olvidado. Este era el cuaderno que había utilizado para anotar los datos cuando desarrolló el reactivo antitoxinas para el AXT69.

Sin embargo, la mirada de Shirley se volvió sombría inmediatamente.

Mientras hablaba, Carter dejó escapar de repente una risa baja.

"Realmente te preocupas por él. Incluso te preocupas por todos los que le rodean. No te preocupas por tu cuerpo ni por el bebé, así que le diste el único reactivo antitoxinas para el AXT69 a Eveline”.

"Shirley, ¡eres realmente magnánima!".

La última afirmación de Carter estaba llena de sarcasmo.

Cuando Shirley miró a los ojos de Carter, sintió que un viento frío le atravesaba los huesos y la envolvía poco a poco.

"Yo estaba feliz. Ansiaba que nuestro hijo viniera al mundo. Pero en realidad, nunca planeaste quedarte con este niño. Me estabas usando. Me mentiste. E incluso me traicionaste al final".

El tono de Carter se volvía cada vez más frío.

"Shirley, ya que elegiste este camino, no me culpes por ser despiadado".