Esposa Pecadora romance Capítulo 1922

“Eveline, soy yo”.

Shirley levantó la mano para acariciar suavemente el brazo de Madeline.

Madeline giró la cabeza para mirar y una mirada de sorpresa apareció en sus ojos. “¿Shirley?”.

“Soy yo”. Shirley asintió. “Madeline, estás es San Piaf”, dijo entonces Shirley.

“¿San Piaf?”. Madeline frunció el ceño, recordando poco a poco todo lo que había sucedido antes de caer inconsciente.

Madeline por fin lo tenía claro. Ella había sido el objetivo principal inicial de Carter en su plan de venganza.

Mientras Madeline ordenaba sus pensamientos, escuchó el amable recordatorio de Shirley que le llegó al oído.

“Eveline, será difícil para ti dejar este lugar ahora, pero creo que Jeremy tiene formas de encontrarte. Aunque quiero recordarte que esto es San Piaf. El estatus de Carter no es común aquí. En el pasado, Jeremy podía colarse entre la multitud, pero puede que esta vez no sea capaz”.

Después de escuchar lo que dijo Shirley, Madeline comenzó a sentirse preocupada.

No estaba preocupada por sí misma, sino por Jeremy.

“Shirley, ¿tienes un teléfono? Quiero llamar a Jeremy”.

Shirley negó con la cabeza ligeramente. “Hace mucho tiempo que no tengo teléfono. Incluso si tuviera uno, no sé con quién contactar”. Sus ojos se enrojecieron mientras hablaba.

Sin embargo, ella forzó rápidamente una sonrisa de disculpa en su rostro. “Lo siento, todo ocurrió por mi culpa. Yo desarrollé el AXT69. También soy la razón por la que Jeremy había sido atormentado por el veneno durante tanto tiempo. Ahora, estás soportando todo esto por los errores que cometí”.

Madeline no culpaba a Shirley, ya que ella intentaba compensar sus acciones anteriores lo mejor que podía, por lo que no quería seguir dándole vueltas al pasado.

Madeline levantó la mano para frotarse la sien. Miró la distribución a su alrededor y preguntó: “¿Es este el estudio de Carter?”.

Tras decir esto, Madeline levantó sus ojos y le dedicó una mirada suplicante.

“Espero que puedas ayudarme”.

Shirley respondió sin dudar. “Dime. Haré todo lo posible para ayudarte”.

“Gracias”, le agradeció Madeline. Cuando Shirley escuchó la gratitud de Madeline, no podía creer lo que estaba escuchando.

“No, no debes agradecerme, Eveline. Te debo esto”. Los ojos de Shirley se llenaron de pesar.

Madeline no habló más y se limitó a sonreír.

“Carter podría volver pronto. Eveline, dime rápido, ¿cómo quieres que te ayude?”.