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Actualmente, Jeremy no existía en los recuerdos de Madeline, pero las palabras y el comportamiento de Jeremy le dieron a Madeline una sensación familiar, una sensación similar a la que sentía por Carter.
En ese momento, se acercó una sirvienta. Esta dijo que Camille les había pedido que fueran a la sala ancestral.
Como no quería perder tiempo, Carter tomó a Madeline y salió. Antes de salir, le dijo a su guardaespaldas que vigilara a Jeremy.
De hecho, al principio, había permitido deliberadamente que Jeremy entrara en la mansión para ver a Madeline, para que se sintiera incómodo.
Sin embargo, en lugar de lograr su objetivo, Jeremy había obtenido la ventaja.
No obstante, Carter tampoco se lo tomó muy en serio. Miró a Madeline, quien estaba a su lado, y una esquina de su boca se levantó para formar una sonrisa.
Jeremy subió las escaleras, pero sus ojos continuaron siguiendo a Madeline. Incluso después de que Madeline hubiera subido al coche y se hubiera marchado, Jeremy seguía sin irse.
‘Linnie, soy yo a quien amas. Desde el principio hasta el futuro, nuestros sentimientos mutuos nunca cambiarán'.
Jeremy pensó en silencio y se tranquilizó. También estaba convencido de que Madeline sentía lo mismo por él.
Sin embargo, esta vez, tenía que deshacerse por completo de Carter. Nunca más volvería a cometer el mismo error. Nunca más dejaría que Madeline se enfrentara al peligro.
Después de permanecer en el lugar durante algún tiempo, Jeremy comenzó a caminar.
Notó que alguien estaba prestando atención a cada uno de sus movimientos. No necesitó pensarlo mucho para saber que era el guardaespaldas de Carter.
Jeremy avanzó con calma, observando todo a su alrededor con ojos profundos y agudos.
En cuanto al guardaespaldas de la planta baja, él le prestó tanta atención a Jeremy como este le prestaba atención a su entorno.
Jeremy siguió caminando hacia adelante. Cuando pasó por la puerta de cierta habitación, miró inconscientemente hacia adentro, luego levantó la mano y empujó suavemente la puerta para abrirla.
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