Esposa Pecadora romance Capítulo 1936

Sin embargo, Jeremy seguía sin entender cómo Carter podía obtener sin problemas la herencia real después de su registro matrimonial con Madeline.

¿Madeline tenía algo que ver con la familia real de San Piaf?

"La anterior boda entre él y Eveline fue interrumpida por tu aparición. Creo que esta vez no te dará la oportunidad de arruinarla de nuevo".

Las palabras de Shirley contenían un recordatorio, y lo dijo con un toque de impotencia en sus ojos.

"Lo conozco demasiado bien. Él en serio es capaz de hacer cualquier cosa para obtener el resultado que desea. Esos venenos dañinos son la mejor prueba de ello”.

"Jeremy, sé que, en tu corazón, todavía te doy náuseas, pero espero que puedas recordar lo que te dije. No te enfrentes a Carter de frente en ningún momento. Tienes que recordar que Eveline te necesita".

Era raro para Jeremy ver la sinceridad en los ojos de Shirley. En ese momento, él estaba convencido de que ella estaba siendo sincera.

Sin embargo, cuando estaba a punto de hablar, la puerta se abrió bruscamente.

El guardaespaldas de Carter se acercó a Jeremy con una expresión sombría.

Shirley puso rápidamente su silla de ruedas delante de Jeremy para protegerlo.

“¿Quién te dejó entrar en mi habitación? Vete". Shirley ahuyentó al guardaespaldas con severidad.

El guardaespaldas se detuvo abruptamente. A pesar de su disgusto, no se atrevió a provocar a Shirley.

"Señorita Brown, vine a buscar al señor Whitman por órdenes del señor Carter. Espero que no me haga las cosas difíciles".

"¿Le estoy haciendo las cosas difíciles?”, preguntó Shirley. "Si le dijera que has entrado de repente y has perturbado mi descanso, ¿crees que Carter no pediría inmediatamente a alguien que te echara de la mansión?".

"...". El rostro del guardaespaldas se congeló, evidentemente asustado por lo que dijo Shirley.

"Olvídalo, saldré con él. Deberías descansar bien". Jeremy caminó hacia adelante despreocupadamente.

Jeremy siguió al guardaespaldas hasta el jardín trasero de la Mansión Gray, pero tan pronto como llegó al centro del jardín trasero, Jeremy sintió que algo no andaba bien detrás de él.

Miró hacia atrás y vio que guardaespaldas altos y fornidos vestidos de negro lo habían rodeado rápidamente.

Jeremy lo entendió al instante.

"Señor Whitman, he oído que es usted muy bueno con los puños. A mis chicos les gustaría presenciarlo y aprender de usted, pero por supuesto, pararemos cuando sea demasiado".

El guardaespaldas de turno se quitó la chaqueta mientras hablaba.

Jeremy pudo ver la expresión de triunfo en la cara del guardaespaldas, así como las caras de regocijo de los guardaespaldas que veían cómo se desarrollaba la escena. Sabía que no se detendrían si las cosas llegaban muy lejos. Además, no estaban aprendiendo de él: esta gente podría incluso quitarle la vida.

"Señor Whitman, ¿está listo?". El guardaespaldas parecía tener ganas de ponerse manos a la obra. "Aparte de mí, mis chicos también están esperando en la cola para aprender de usted".

Jeremy sonrió ligeramente al escuchar las palabras. Levantó sus profundos ojos llenos de frialdad y los miró tranquilamente. "No esperen, entonces. Todos ustedes, vengan por mí a la vez".