Esposa Pecadora romance Capítulo 2005

Hannah pensó que tendría que molestar a Madeline durante mucho tiempo antes de que esta aceptara su petición. Nunca se imaginó que Madeline aceptaría tan fácilmente.

Ella sonrió con satisfacción, pero miró intencionadamente a Madeline.

“Como me lo prometiste, no puedes retractarte”.

"No me retractaré de lo que dije y de las promesas que hice, pero quiero recordarte que la fabricación de perfumes no es una tarea fácil, así que no te rindas a la mitad".

Cuando escuchó las palabras de Madeline, Hannah soltó una risita despectiva.

“Gracias por ser tan considerada, pero puedes estar segura de que he sufrido todo tipo de dificultades desde que era una niña, así que siempre he sido intrépida y no le tengo miedo a las dificultades”.

Basado en las palabras de Hannah, Madeline finalmente entendió por qué la personalidad de Hannah era tan desenfrenada.

Resultó que todo se debía a su experiencia de vida.

Sin embargo, ser desenfrenada no era una personalidad de la que valiera la pena presumir.

“Eveline, ¿puedo aprender de ti ahora?”, preguntó Hannah con impaciencia.

Madeline asintió. “Ven conmigo”.

Mientras hablaba, levantó los ojos y miró a Jeremy para que se calmara y no tuviera que preocuparse por ella.

Hannah curvó sus labios y esbozó una sonrisa. Miró a Jeremy y quiso decirle algunas palabras al hombre, pero cuando miró, vio que Jeremy miraba a Madeline de una manera amable y cariñosa, y la sonrisa en su rostro volvió a desaparecer.

Apretó los dientes con odio en secreto y luego apretó el puño mientras seguía a Madeline al laboratorio.

Madeline entró con elegancia al laboratorio. Luego, naturalmente, se acercó a la mesa de trabajo y tomó la tableta.

Hannah, pensando en lo que había hecho hacía un rato, se acercó a la mesa también como si nada hubiera pasado.

Cuando Hannah dijo eso, Madeline miró a Hannah con interés.

“Nunca pensé que tuvieras tantas ganas de aprender”. Madeline suspiró de admiración y, cuando vio que Hannah tenía una expresión más arrogante en su rostro, sonrió.

“Ya que estás tan ansiosa por aprender, que así sea. Necesito hablar con un cliente sobre un pedido esta noche, así que puedes venir conmigo y aprender de la situación”.

“¡De acuerdo!”, aceptó Hannah de buena gana. Luego volvió a preguntar: “¿Este cliente es él que hizo el pedido que acabas de completar hoy? ¿El pedido que vas a enviar?”.

Madeline asintió. “Lo has escuchado con bastante claridad”.

“...”. Hannah se congeló por un momento con la conciencia culpable. Luego encontró una excusa rápidamente y explicó: “Me enteré por una persona al azar cuando estaba afuera esperando a que regresaras”.

“Ajá”. Madeline sonrió levemente, sin inmutarse por esto.

Madeline recogió el frasco de perfume terminado y dijo: “En realidad, el cliente no tiene problemas por su parte, y la producción en masa del perfume también comenzará mañana. Solo tenemos que pasar por las formalidades con ellos esta noche. El perfume en sí no será un problema”.