Resumo do capítulo Capítulo 2094 de Esposa Pecadora
Neste capítulo de destaque do romance Romántica Esposa Pecadora, Sixteenth Child apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
“¿Te has olvidado de Ryan?”, preguntó Carter con una sonrisa.
Por supuesto, Shirley no lo ha olvidado. Ella no había detenido a Carter cuando dijo que quería matar a Ryan.
Parecía que ella ya había sido una asesina en aquel entonces.
Cuando vio a Shirley sentada allí, aturdida, Carter levantó la mano y acarició suavemente el rostro de Shirley, que se había enfriado por el viento. Su cicatriz era muy deslumbrante bajo la tenue luz.
“Todo el mundo está luchando por las cosas que quieren en la vida. En aquel entonces, yo había sido muy apasionado y entusiasta, pero ahora, me he dado cuenta de que me estoy cansando”. Los ojos de Carter se tornaron inexplicablemente apacibles mientras hablaba.
“Creo que esta vez no le dijiste a esas personas de San Piaf sobre mi paradero, ¿estoy en lo cierto?”.
Indagó Carter. Sin embargo, desde que Shirley entró en pánico y tuvo miedo de que le ocurriera algo a Carter, sabía que Shirley ya no les pediría a esas personas que lo atraparan.
Cuando vió que Shirley lo miraba en silencio, Carter levantó la comisura de los labios. Una dulce sonrisa que hacía tiempo se había esfumado volvió a aparecer en su apuesto rostro.
“Shirley, no creo que nos quede mucho tiempo, y no puedo retroceder ahora. Aunque lo hiciera, no podríamos volver a ser como antes. Así que tenemos que atesorar las últimas horas de esta noche”.
Shirley podía escuchar la determinación en las palabras de Carter.
En ese momento, sus ojos eran gentiles, pero su gentileza y amabilidad ocultaban algunas emociones extrañas.
Shirley nunca antes se había sentido tan ansiosa. Las comisuras de sus ojos se humedecieron y, sin saberlo, la persona que tenía enfrente se volvió borrosa.
“Carter, todavía puedes retroceder”, insistió Shirley con voz temblorosa.
“Imposible”, negó Carter con firmeza. “No quiero seguir huyendo, Shirley. Estoy cansado”.
Él dijo que estaba cansado.
El corazón de Shirley dejó de latir por un segundo.
“¡Carter!”.
“De acuerdo, es suficiente”. Carter frunció el ceño e interrumpió a Shirley. Luego dijo en voz baja, “Shirley, no nos hagas perder más nuestro tiempo”.
Carter impidió que Shirley siguiera hablando. Luego caminó detrás de Shirley y empujó despacio su silla de ruedas hacia adelante.
“Te he traído a País F para atenderte, pero ahora, por lo visto, ya no tenemos ni la posibilidad ni el tiempo. Además, creo que no aceptarás mi supuesta amabilidad. Shirley, ya estás preparada mentalmente para esto, ¿cierto?”.
El agarre de Shirley se tensó. Ya no sabía qué decirle a Carter.
Ya no tenía ninguna expectativa ni esperanza para el futuro, pero cuando miró el mar azul creciente, las lágrimas cayeron de sus ojos sin previo aviso. Reprimió sus emociones y trató de preguntar con la mayor calma posible.
“¿Todo hubiese sido diferente si no me hubiera ido sin decírtelo en aquel entonces?”.
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