Esposa Pecadora romance Capítulo 2096

Carter dejó de hablar y miró a Shirley, a quien le había cambiado la expresión drásticamente.

“¿Crees que esto es un poco cruel? Si esto fuera en aquel entonces, también me hubieses apoyado en esto, ¿no es así?”.

“Sí, si esto fuese entonces, puede que incluso te hubiese ayudado”, dijo Shirley, burlándose de sí misma. Había una sonrisa sarcástica en su rostro, pero su corazón estaba hecho un nudo. Se sentía tan dolida y atormentada.

Parecía matar a todos los que la rodeaban y, al final, ella también se dirigiría hacia la muerte.

Tras permanecer un rato en silencio, Shirley miró a Carter.

“¿Cuándo le inyectaste a Lilian el reactivo de prueba?”.

“Lo hice cuando tanto ella y tú estaban dormidas, por supuesto”, respondió Carter despreocupadamente. Al ver la expresión seria de Shirley, preguntó, “te agrada esa criatura, ¿no es así? Si nuestro hijo hubiera estado bien, pronto estaría en este mundo y tendríamos nuestro propio hijo”.

Al decir esto, los ojos de Carter parecieron iluminarse, pero poco después, la luz se desvaneció, y en su lugar había una mirada de odio.

“Jeremy ha matado a nuestro hijo. Eveline también. Ambos destruyeron nuestro futuro”.

“Sigues siendo tan terco”, sonrió Shirley con amargura, y luego levantó la cabeza en silencio para mirar a Carter. “Te lo pregunto por última vez. ¿Estás dispuesto a entregarte?”.

“¿Sabes lo que pasará si lo hago?”, preguntó Carter. Luego respondió, “tan solo será mi muerte”.

Shirley frunció el ceño. “¿A qué te refieres cuando dices que estás cansado?”.

Carter aparentemente sonrió.

Se puso de pie lentamente y caminó hacia el mar que tenía enfrente.

“No voy a retroceder, pero en este momento, seguirá siendo lo mismo. No importa si avanzo o retrocedo. Si ese es el caso, prefiero terminar conmigo mismo”.

“...”.

Cuando Shirley escuchó esto, su corazón dio un vuelco.

Un viento frío sopló junto a su rostro, y un fuerte escalofrío limitó su respiración.

“Carter, no puedes hacer esto. No puedes hacer una cosa tan estúpida”.

“No es estúpido. Ya lo he meditado”, respondió Carter en voz baja y luego se colocó frente a Shirley.

“Antes de eso, todavía quiero hacer algo. Una vez que lo haya hecho, no tendré más remordimientos”.

Cuando terminó de decir eso, se arrodilló despacio frente a Shirley.

Carter extendió su mano y tomó suavemente la mano derecha de Shirley que estaba helada por el viento.

Luego, sacó una caja de terciopelo púrpura del bolsillo de su camiseta. Al abrirla, había un sencillo pero precioso anillo de diamantes.

Shirley miró atónita el anillo, y entonces, escuchó a Carter aparentemente murmurar para sí mismo.

“Cuando te vi por primera vez, no había sentido nada. Solo me sentí dichoso de que, con una palabra, podía hacer que una pobre y solitaria chica viviera el resto de su vida sin preocupaciones. Después de que nos lleváramos bien y empezáramos a desarrollar sentimientos el uno por el otro, había pensado que te tomaría como esposa cuando llegara el momento, pero en la realidad, el destino entre nosotros no es suficiente para hacernos durar para siempre. Así que, Shirley, separar nuestros caminos sería el final más adecuado para nosotros...”.