Esposa Pecadora romance Capítulo 2153

La madre de Ava sentía remordimiento. Se arrepentía de haber dejado atrás a su joven e ignorante hija por su carrera y su supuesto sueño cuando estaba en la flor de su vida.

Madeline y Jeremy regresaron a casa después de dejar a la madre de Ava de vuelta en el hotel. Madeline volvió al asiento del copiloto.

Jeremy preguntó como si intentara ser entrometido, “¿Ella realmente es la madre de Ava?”.

“Sí, ¿no crees que Ava se parece a su madre?”, preguntó Madeline con una sonrisa.

Jeremy se quedó pensando un rato, luciendo pensativo. Luego, dijo un poco de arrogancia. “Solo creo que nuestros tres bebés se parecen a ti y a mí”.

“Ahora estás siendo dulce pero en aquel entonces nunca te había escuchado decir que Jack se parece a mí”. Madeline lo molestó casualmente.

Jeremy pensó que Madeline quería quejarse sobre lo que él hizo en aquel entonces, así que de inmediato se acercó para tomar la mano de Madeline.

“Linnie, no volveré a cometer los mismos errores”.

“No he dicho nada, tonto”. Madeline le dio una palmadita a la mano de Jeremy. “Esas cosas sucedieron en el pasado, así que, ¿por qué molestarse en mencionarlas? Lo que más me preocupa en este momento son Ava y Dan”.

“Aunque Daniel no me agrada tanto, no voy a negar que es un hombre responsable y bueno”.

Madeline asintió ligeramente al estar de acuerdo, pero al mismo tiempo, mostró algunas preocupaciones. “A veces, cuando uno quiere concentrar sus pensamientos y esfuerzos en sí mismo, igual no puedes evitar a esas personas que buscan destruirte”.

“Linnie, ¿a quién te refieres?”, preguntó Jeremy con curiosidad.

“Naya Méndez”.

“¿Naya Méndez? ¿La hija del magnate de bienes raíces, Ethan Méndez?”.

“Así es. Escuché a Ava decir que la familia de Naya está en bienes raíces, así que por eso a los Graham les gusta tanto Naya. Creen que nadie más en Glendale es adecuado para Daniel”. Cuando Madeline dijo eso, se sintió un poco enfadada por Ava, pero al mismo tiempo, se sintió impotente.

Luego de que Madeline se marchara, Ava dio vueltas en la cama toda la noche, sin poder conciliar el sueño.

Por ello, decidió encender su ordenador para trabajar un poco y así poder distraerse del tema.

Por fin se sintió con sueño cuando el cielo se iluminaba. Sin embargo, cuando estaba a punto de quedarse dormida, sonó el timbre de la puerta.

Ava se tapó la cabeza con la manta para ignorar el timbre, pero siguió sonando.

Solo pudo envolverse con una manta cualquiera y dirigirse a la puerta con un aspecto extremadamente demacrado.

Se olvidó de echar un vistazo a quién estaba tocando el timbre desde la mirilla. En el momento en que abrió la puerta, vio a Naya, quien estaba vestida y arreglada de manera impecable. La mujer le sonreía.

Naya miró extrañamente a Ava, quien tenía el cabello alborotado y la piel apagada. Entonces, dijo en forma aparentemente amigable, “Ava, ¿todavía estabas durmiendo? ¿Te he molestado?”.