Esposa Pecadora romance Capítulo 2317

La respuesta de Ava dejó anonadados a Raegan y a Neil.

"¿Estoy en lo cierto?". Ava habló de nuevo, mirando a las dos personas impresionadas frente a ella.

Raegan no tardó en recobrar sus sentidos y bajó rápidamente el tenedor que tenía en su mano. "Ava, esto—".

"En aquel entonces, ustedes dos se confabularon para engañarme. Me dejaron sola a un lado del puesto de churros y nunca más regresaron. Todavía hoy, ambos siguen confabulados para engañarme otra vez".

Ava habló con una sarcástica y amarga sonrisa en la comisura de sus labios.

"¿Realmente piensan en mí como su hija?".

Los ojos de Ava estaban llenos de expectación cuando hizo esta pregunta.

Raegan y Neil se levantaron nerviosos. "Ava, no quisimos mentirte. Es porque—".

"Porque temes que si me entero de que él es mi irresponsable padre, lo rechazaré y me negaré a reconocerlo, ¿no es así?".

Ava interrumpió a Raegan y le preguntó fríamente en su lugar. Luego, comenzó a reírse.

"No te preocupes, no lo rechazaré. Es una oportunidad bastante inusual que el doctor Long pueda examinar a Dan, y eso es todo lo que quiero. Pero, aparte de eso, no habrá ninguna relación entre nosotros".

Después de decir esto con total decisión, Ava se dio la vuelta y se fue.

Recogió su bolso y caminó hacia la puerta.

"¡Ava!".

"¡Ava!".

Neil y Raegan persiguieron rápidamente a Ava al mismo tiempo.

"Ava, no fue mi intención mentirte. ¡Es verdad! Cuando te conocí en la calle, no supe que eras mi hija. Me alegré mucho al verte otra vez, pero no me atreví a enfrentarte...".

La voz de Neil se volvía más y más suave cuanto más hablaba.

"Ava, no me atrevo a pedirte perdón en absoluto. Pero mientras pueda sentarme a comer contigo y podamos tener una plática, estaré satisfecho".

Neil miraba a la espalda de Ava, y sus ojos se pusieron rojos sin que se diera cuenta.

Después de escuchar las palabras de Neil, Ava no pudo evitar apretar sus puños.

Ella respiró profundamente y se volvió lentamente para mirar a Neil y a Raegan, quienes estaban claramente muy arrepentidos. "En realidad, incluso cuando comimos juntos anoche, yo ya sabía la verdad, pero me obligué a fingir que no lo sabía. Eres ese padre irresponsable al que no quiero enfrentarme nunca en la vida pero también eres el neurólogo que puede ayudar a Dan. Estoy realmente en un gran conflicto. ¿Pueden comprender este sentimiento?".

Después de decir esto, Ava se dio la vuelta y se alejó a grandes pasos.

Raegan y Neil siguieron llamando a Ava para detenerla, pero también sabían que Ava no miraría atrás.

Ambos se miraron el uno al otro con culpa y reproche en sus ojos.

Madeline se apresuró a entrar y se acercó al lado de Ava. "Ava, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás bebiendo aquí sola?".

"¿Es por Dan? ¿Es por esa situación que estás bebiendo tus penas?"

Ava levantó su rostro sonrojado. Miró a Madeline con sus almendrados ojos ligeramente enrojecidos y sonrió. "Maddie, estás aquí. Siéntate, siéntate".

Ava jaló a Madeline para que se sentara a su lado como si no estuviera pasando nada.

A Madeline le preocupaba que Ava estuviera bebiendo demasiado, así que extendió la mano para poner todos los vasos fuera del alcance de Ava.

"Ava, dime qué ha ocurrido. ¿Por qué viniste aquí a beber sola? ¿Es por Dan? No te llenes de tristeza. Dan estará bien. Si tienes alguna dificultad, puedes decírmelo. Siempre estaré a tu lado para apoyarte y ayudarte, Ava".

Madeline tomó la mano de Ava con inquietud y le habló preocupada.

Ava aún quería beber sus penas, pero cuando escuchó las palabras consoladoras de Madeline, se derrumbó en un instante.

"Maddie...". Ava dejó caer su rostro en el hombro de Madeline y comenzó a sollozar sin control. "Maddie, ¿qué debo hacer? ¿Qué demonios debo hacer?".

Madeline consoló el hombro de Ava con angustia. "No llores. Todo tiene solución. Si el problema es muy difícil, entonces pensaremos juntas en una solución. No llores. Siempre estaré aquí. No estarás sola, pase lo que pase".

Madeline consoló a Ava con sinceridad, y ella comenzó a llorar aún más fuerte. Los clientes que estaban comiendo a un lado, al igual que los camareros, miraban a Madeline y a Ava con curiosidad. Todos pensaban de forma tácita que Ava estaba muy borracha.

Después de un rato, Ava finalmente dejó de llorar.