Esposa Pecadora romance Capítulo 2335

Ella no quería que la impresión que tenía en el corazón de Daniel, aquella que había construido con tanto esfuerzo desde que era joven, se desmoronara ahora.

Cuando Madeline se dio cuenta que Naya había dejado de replicar arrogantemente, sonrió con satisfacción.

No volvió a hablar con Naya. En cambio, se dirigió a Daniel.

"Dan, creo que ya tienes la respuesta de quién es exactamente la que miente y actúa frente a ti. Solo quiero decirte que no hagas nada de lo que te vayas a arrepentir después. Tu amnesia es pasajera. Pronto lo recordarás todo. Para entonces, también recordarás a quién amas realmente".

Después de decir esto, Madeline miró a Naya despreocupadamente y se dio la vuelta para marcharse. Madeline notó que Naya la observaba con una mirada extremadamente agresiva.

Madeline sonrió tranquila y arrogantemente. "La cámara de mi coche no captó nada, pero la culpable acabó revelando la verdad con su silencio".

"...".

Naya finalmente se dio cuenta de que había caído directamente en la trampa de Madeline. Para cuando quiso maldecir a Madeline, la mujer ya había salido por la puerta con satisfacción.

Naya se dio la vuelta rápidamente y le explicó a Daniel mientras lloraba: "Dan, ¿te has dado cuenta de lo conspiradora que es Eveline? Lo hizo a propósito y quiere abrir una brecha entre nosotros. ¡No puedes creerle!".

Daniel levantó sus cálidos ojos, entonces su mirada se volvió severa de repente. "Me estoy sintiendo mareado. Quiero regresar a mi habitación para descansar".

Después de decir esto, se dio la vuelta para dirigirse a las escaleras.

Naya lo siguió rápidamente. "Dan, somos novios desde la infancia. ¿Realmente no confías en mí?".

"¡No, tengo que casarme con Dan en la fecha que acordamos!". Naya estaba muy decidida.

No se despidió de la madre de Daniel antes de darse la vuelta y marcharse.

La madre de Daniel no la detuvo tampoco. Sin embargo, no sabía qué haría Naya para convencer a Daniel.

Después de que Madeline se marchara, Daniel se encerró en su habitación para pensar las cosas. Aunque no podía recordar nada, sin saber por qué, prefería creer en Madeline que en Naya.

Por la tarde, alguien llamó con insistencia a la puerta de Daniel.

Pensó que la persona le iba a pedir que bajara a cenar, pero en cambio escuchó a su madre gritar: "¡Dan, abre la puerta! ¡Ha ocurrido algo malo!".